Además de su elevado nivel de endeudamiento -que en verano se lo subrogará definitivamente la Generalitat- y un balance caracterizado aún en 2016 por las pérdidas, Feria Valencia justificó la necesidad de presentar un nuevo expediente de empleo -al no poder asumir la carga de personal que implicaba readmitir a los 106 trabajadores del ERE de 2011 ordenada por el Supremo- en su nada ventajosa situación respecto de sus grandes competidores nacionales, es decir, los recintos de Madrid y Barcelona.
En la carta de despido a los empleados que se reincorporaron en noviembre, la institución presidida por José Vicente González asegura que «se encuentra en un período de crecimiento moderado», aunque «el nivel de la cifra de negocios sigue siendo muy bajo». La previsión de 2017 era de 19,4 millones de euros, un 38,48 % inferior a la cifra de 2007, es decir, antes de la crisis. Además, apunta la distancia sideral respecto de sus competidores.
Debilidad
Y es que la cifra de negocio de Madrid era en 2016 un 80 % superior a la de València, mientras que la de Barcelona estaba un 89 % por encima. Estos datos «ponen de manifiesto la debilidad de la posición de la entidad en su sector de actividad y, con ello, la importancia del control exhaustivo de su estructura de costes para garantizar su viabilidad en el mercado».
La carta detalla que todo el sector ferial español ha padecido una reducción del negocio, en especial en el período comprendido entre 2011 y 2013. A partir de este último ejercicio, no obstante, «algunos recintos feriales, como Ifema o Fira de Barcelona, aumentan la actividad y consecuentemente los ingresos», mientras que en València se mantiene plana. El dato es incontestable: mientras en Feria Valencia los ingresos pasan de 13 a 18 millones entre 2013 y 2016, en Madrid ascienden de 68 a 90 millones en igual período y en Barcelona, de 117 a 167, aproximadamente.
Pero hay más datos negativos en la comparación. Pese a ser una de las feria más grandes de España -la segunda, tras Barcelona, con 226.000 metros cuadrados disponibles- «la ocupación de la misma es muy reducida, menos de la mitad de la Feria de Madrid y un 40 % inferior a la Feria de Barcelona, lo que afecta a la viabilidad de la institución». El porcentaje de ocupación en Madrid es del 38 %, por un 24 % de Barcelona y un 15 % de València.
El documento incide en que las principales competidoras de la institución valenciana «ocupan mejores posiciones en el sector europeo, pues Feria de Valencia ha alquilado un 27 % y un 22 %» respecto de Madrid y Barcelona, «lo que nos indica una rotación muy reducida».
