La presencia de cinco fuerzas políticas en la corporación municipal de Valencia, cosa que no ocurría desde los años ochenta, y la ausencia de una fuerza mayoritaria no parece ser un obstáculo para la formación del Gobierno. Esa, al menos, es la sensación general después de escuchar a los protagonistas y analizar la correlación de fuerzas. El PP, que aún perdiendo la mitad de sus concejales ha ganado las elecciones, anunció ayer que intentará un acuerdo de Gobierno con las fuerzas moderadas, es decir, con el Partido Socialista y Ciudadanos. Todos juntos suman 21 concejales, cuatro por encima de la mayoría absoluta. Pero esa opción parece no tener acogida entre los afectados. Los socialistas ya han anunciado que su posición está al lado de Compromís y que el PP es precisamente la línea roja. Todo parece indicar que la coalición de izquierdas está hecha.

El mismo domingo por la noche, el candidato de Compromís, Joan Ribó, ya telefoneó al candidato socialista, Joan Calabuig, y al de València en Comú, Jordi peris, para hablar del asunto. «Yo le felicité y quedamos para hablar más tranquilamente», explicó ayer Calabuig, que calcula que a finales de esta semana «nos reuniremos para empezar a concretar las cosas».

Lo que está claro, insistió, es que «existe la mayor voluntad para formar una alternativa progresista«, dijo. Todos coinciden en sus tres premisas esenciales, que son el empleo, la ayuda a las familias más desprotegidas y la transparencia.

El propio Joan Ribó declaró ayer que existe «una sintonía de planteamiento que hace fácil un acuerdo de gobierno». «Las posiciones son muy coincidentes y será difícil encontrar alguna cosa en que no se puedan poner de acuerdo», dijo el candidato de Compromís, quien confía, además, en que el acuerdo llegue rápido.

Ayer, Jordi Peris, tras poner en valor sus tres concejales, se pronunció sobre esa posibilidad y propuso como objetivo de Valencia en Comú «la formación de un gobierno estable de cambio para la ciudad». Aunque ha asegurado que no va a poner condiciones para hablar, explicó que quiere defender los ejes de su programa: regeneración de la vida pública, derechos sociales y democracia participativa, cuestiones en las ha constatado buena «sintonía» con Compromís.

Estas posiciones dejan muy atado el más que posible Gobierno de la Izquierda, incluso con Ciudadanos, lo que no ha impedido que el PP, ganador en las elecciones, agote sus últimas energías para formar Gobierno con las fuerzas «moderadas», que son el Partido Socialista y Ciudadanos.

Resistencia de Barberá

Ante la ausencia de Rita Barberá, que ayer viajó a Madrid para asistir a la reunión de la cúpula del PP, el presidente del Partido en Valencia, Alfonso Novo, emitió un comunicado según el cual harán uso de su condición de partido más votado para «conformar un Gobierno estable con las fuerzas más moderadas, a cuyos representantes llamarán en los próximos días para entablar conversaciones». La alcaldesa lo llamó el mismo día de las elecciones, pacto de Estado contra el radicalismo. Y si eso no es posible, añadió Novo, «haremos el trabajo más digno posible en la oposición».

Esta oferta de pacto, que aún no ha llegado a sus destinatarios, ya tuvo ayer una respuesta del Partido Socialista. Negativa. Joan Calabuig dijo que atenderá cualquier llamada, pero mantiene su idea de que «a Valencia no le conviene que el PP siga gobernando». «La línea está marcada y esa línea no la pasaremos», dijo Calabuig.