Con la tranquilidad de que el acto es previsible en su parte protocolaria, el mundo de las fallas cumplió el ritual de exaltar a su fallera mayor de Valencia de 2015, Estefanía Lopez Montesinos, y su corte de honor. Tras desvelar el secreto del traje, un azul porcelana, (y también orio), un Palau de la Música lleno se aprestó a disfrutar del ritual.

El argumento musical fue del agrado de todos, porque así tenía que ser habida cuenta de las dotes de la banda municipal, de la técnica de Serafín Zubiri, y del amable repertorio, con canciones de Nino Bravo que todo el mundo conoce.

Tras el descanso, la corte de honor recibió su dosis de aplausos y la banda que las acredita como actrices importantes de la fiesta. Después fue el momento de Estefanía López, que recorría nuevamente un pasillo que ya disfrutó como corte infantil de 2003, recibió redobladas ovaciones. No lloró en como en el ensayo, pero sí que apareció con la emoción contenida.

Tras una rapidísima ofrenda floral llegó el discurso de Blanca Pons-Sorolla, que sólo en el tramo final es cuando inicidió de verdad en la protagonista de la noche, pero que empleó su discurso en hacer un relato de la añoranza de Valencia que tenía su ilustre bisabuelo, mucho más protagonista del relato.

No se pudo disparar el castillo a causa del viento, pero la fiesta se redondeó a la espera de que hoy se celebre el acto en versión infantil y que la fiesta fallera tome ya su velocidad desbocada hasta el 19 de marzo.