El fin de semana de Ana Cuesta estará lleno de sensaciones. Presentará el acto, verá despedirse a su hermana y comprobará si una amiga de la falla, Amparo Micó, es una de las elegidas. Irá al casal, sea cual sea el veredicto, y a las ocho tiene que tomar el AVE en dirección a Barcelona para seguir las elecciones catalanas. «La crónica política es un campo apasionante, en el que me siento muy a gusto». El único problema de estar en el epicentro de esas noticias es «lo que se echa de menos Valencia... y las fallas».