Está la pena de las urnas, la pena del telediario, la pena política del expediente con expulsión al Grupo Mixto, la pena mediática del banquillo de los acusados y la pena judicial de la sentencia inculpatoria. Pero las estaciones del vía crucis político suman otro paso intemporal y fugaz: la pena del ninot. Y ella, la dama roja, la sempiterna fallera mayor sin banda, la reina del collar de perlas que encontraba hueco en casi todos los monumentos, la alcaldesa nacida para el balcón consistorial y el poliéster simpático y raramente hostigador, fue ajusticiada ayer con una severa pena de ninot. Con una saña que nunca antes se había palpado en la sátira fallera de su Valencia.

Demasiadas veces en las fallas la venganza se sirve fría: justo en el momento en que el poderoso ha dejado su trono y la crítica no puede retornar en forma de bumerán represor y punitivo. Cuando no cabe el temido qui la fa la paga. Una sátira cómoda, desde la barrera. Un matar al muerto que permite colocar „ahora„ a Rita Barberá vestida de mujer cavernaria y armada con un bastón prehistórico mientras arrastra a Rajoy al foso. «Dona gran, cos de mamut, arrossega a la caverna home fava líder tribu», reza el cartel de la falla plantada en Periodista Azzati, a dos pasos del que fue durante 24 años su ayuntamiento.

En la Falla del Mercat se la ve de culo „un enorme trasero con bragas blancas y falda levantada„ tras estamparse con su Ferrari de marca «Forrati». ¡Qué hostia, qué hostia!, diría ella. En Conde Salvatierra-Cirilo Amorós aparece seria, delantal marca Louis Vuitton y un cartel en el que sostiene regalos: «Santa Rita, Rita: lo que se da no se quita». Amordazada de pies y manos en una silla asoma el ninot de Barberá en la Falla Maestro Gozalbo-Conde de Altea. Y con un bolso Louis «Vutrón» „una forma cruel de llamarla ladrona„ luce en la Falla Grabador Esteve.

Rus «Aforrado». No es la única figura represaliada con retraso. En esa misma falla, bajo el lema La caiguda de l´Imperi Mariano, un Alfonso Rus «Aforrado» empuña un cuchillo que va a clavar en la espalda del emperador Rajoy «Acabatus», cual Bruto traidor y socarrat. En otro monumento Rus cuenta billetes de 500. En la Falla Plaza Reina-Paz-Sant Vicent, consagrada al mundo egipcio, la enmienda al PP es a la totalidad. «Conta el faraó en les cròniques com se feren en València unes obres faraòniques», mientras el arpa de Cleopatra está «trencada de tants projectes fallits»: Fórmula 1, Ciudad de las Artes, Terra Mítica, Marina Real, Aeroport de Castelló o Ciudad de la Luz.

Es curioso. Ahora la crítica tibia, casi amable, cambia de bando y se dirige al nuevo alcalde. Mejor dicho: no cambia de bando. Coherencia fallera. En esta especie de transición „Ribó y Barberá comparten muchos monumentos„, al nuevo alcalde se le satiriza con tacto, con simpatía seudoficialista. En Grabador Esteve, un alcalde con corona de laurel de César que vende corbatas en un tenderete publica sus edictos: «1: Tot el món anirà en bicicleta per collons. 2: Corbates nunca mais. 3: La senyera queteta: ni Te Deum ni res de res. 4: Els diumenges no són per a comprar. 5: Vivan las Tres Reinas Magas». La corbata „y su ausencia„ junto con la bicicleta (o el triciclo, o el monociclo) son los motivos más presentes en los ninots de Ribó. En la Sueca-Literato Azorín, al volante de un monociclo, lo lisonjean: «És un expert ciclista, no vol cotxe oficial. I està fent d´equilibrista amb dos partits per manar». Suave suave.

Mandobles a Fuset. Menos delicadeza se brinda al concejal de Fiestas y presidente de la Junta Central Fallera. Pere Fuset „omnipresente en los monumentos„ sí recibe palos con intención. Es el lado oscuro del poder. Como en la falla que aparece como Darth Vader Fuset: «El temps de fer pinya sembla que s´ha acabat. La Interagrupació vol guerra. Darth Vader Fuset està preparat». Concretan más en «La guerra de las Fallias» de Grabador Esteve su reproche a Fuset: «De la festa és una figura i pareix que un estratega. D´uns versos va fer censura i les llums quasi es carrega».

La cuestión lingüística, con los versos de Ampar Cabrera que finalmente recuperó Fuset para el libro oficial tras rectificar su exclusión inicial, luce un contrapunto socarrón en la divertida «Àrea de cornades tuiteres per a tots els públics» que expone la falla Convento Jerusalén. Ampar Cabrera, @ElsMeusVersosM´hanLlançatALaFama, da las gracias por el intento de veto: #ViureDeRendesPerDosVersets.

Ese Twitter en abierto manda otros recados: «El balcón del Ayuntamiento de Valencia, nueva plaza del 15M.

#DondeEstanLosValoresDeSiempre». Al concejal de Movilidad Giuseppe Grezzi „otro que debuta con fuerza„ le recuerdan que, con su medida de 30 kilómetros por hora en el centro «farem una ciutat sostenible on tots arribem tard al treball. #ResImportaSiEsFaElQueJoVull». Sobre la polémica del Te Deum, con la dirección basta: «@DeuFaraCaureLaSeuaIraSobreCompromís». Aparte del Twitter y la adicción a las tecnologías, otras tendencias sociales salpican las fallas recorridas: el running, el ecologismo, los selfis€ Y la corrupción, en forma de chorizos o «llongaNOOSsa».

Oltra, presidenta fallera. Tras la grisura fallera que en los últimos años cosechó la política autonómica „Fabra nunca pasó de ninot testimonial cuasi obligado„, el Pacte del Botànic la ha devuelto a los cadafals.

Si quiere hallar la esencia del lenguaje fallero „decir en broma lo que pocos se atreven a escribir en serio„, visite la falla Maestro Gozalbo-Conde de Altea. Allí, en una Familia Adams a la valenciana, Ximo Puig y Mónica Oltra se abrazan estrechamente con sonrisa falsa pero cada uno con un puñal amenazando la espalda del otro. Al lado, la tijera del podemita Montiel amenaza con cortar los hilos que los unen. ¡Iluso! No sabe que, más arriba, mueve los hilos como un titiritero el empresario Juan Roig, con sonrisa Hacendado y su lema Pero sigue siendo el rey: «No hi ha govern, estament o consell d´administració que se li resistisca. Ho domina tot i sense por».

En otras fallas Oltra gana a Puig, más que en apariciones en prestigio. En la Falla Almirante Cadarso-Conde de Altea lanzan una puya al «Xiquet de Morella»: «Amagat tranquil ací, el president Ximo€ Fuig de Mònica ser l´enuig. ¡Ni parlar del peluquí!». Sentados a la misma mesa, «Mónica la comisària» aparece presidiendo la comida que les sirve en bandeja el camarero Alberto Fabra (un postre en forma de mapa valenciano) con un cartel victorioso: «Mónica tria el menú fent allò que li ve en gana, puix sempre es fa el que mana siga o no siga oportú». En Grabador Esteve, ambos líderes se cobijan bajo la loba capitolina. «De moment és Puig qui mana i la teta l´alimenta. Mentres Oltra li demana que vol ser la presidenta».

Las apariencias. Hay política nacional por doquier. Retratada como circo o como juego de niños de «políticos inmaduros» (Iglesias, Junqueras y Rivera). Pero si hay que elegir una lección político-social, la falla de la calle San Valero, dedicada a las apariencias, advierte: «¡Com farda del Mercedes! Pareix un gran portentat. Les aparences enganyen: té de deutes fins al cap». En el bloque de arriba, en un segundo piso con veloces cortinas, una asistenta sudamericana limpia una vivienda de estirpe burguesa. Maldita sátira.