El fuego comenzó a las 20.30 horas, antes de lo esperado, con la falla infantil de la comisión a la que pertenece el concejal de Vía Pública, Carlos Galiana, Sevilla-Dènia. Pero las llamas subieron hasta el cielo hasta bien entrada la madrugada: había previstas Cremàs hasta las 3 horas, pero estas cosas, como suele ser habitual, se alargan y se salen de horario.

Es una larga noche en Valencia tanto para los falleros que alargan las últimas horas de fiesta como para los servicios de emergencia, que tienen horas de atenciones ininterrumpidas por toda la ciudad. La noche se alargó ayer más de la cuenta porque el hecho de que la última noche de Fallas coincidiera con sábado permitió que miles de personas alargaran la fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Al cierre de esta edición seguían ardiendo monumentos en prácticamente toda la ciudad, sin que se hubiera informado de accidentes de importancia. Todo un cambio con respecto al año pasado, cuando las fuertes rachas de viento provocaron «cremàs» atrasadas, como en Natzaret, adelantadas, como en Félix Pizcueta, o directamente peligrosas, como en Convento Jerusalén donde los falleros tuvieron que esconderse en el casal de las pavesas ardientes.