El Patrimonio de la Humanidad que estrenan las Fallas se cruza con la humanidad sin patrimonio que ha sembrado la crisis. Se cruza con la dura realidad del paro de gente, muchas veces sobrecualificada, con escasas expectativas laborales. Personas que ayer y hoy se bajan con una carpeta y un bolígrafo en la estación de metro de València Sud, en la sede que Ferrocarrils de la Generalitat Valenciana tiene en Paiporta. En liza hay 48 puestos de trabajo eventual como agente de estación de metro durante las Fallas. Es solo un trabajo de diez días: del 10 al 20 de marzo. Pero la demanda se desboca.

El empleo se antoja movido: estar en las estaciones de metro más concurridas en los días con más usuarios. Días en los que Metrovalència llega a rozar el medio millón de viajeros en solo 24 horas. El salario, todo incluido, es de unos 700 euros por esos diez días de curro (de mañana, tarde o noche) en los que media València está de fiesta y la otra media lucha por evitar atascos y aglomeraciones más allá de las deseadas o las necesarias. En cambio, estos aspirantes a agente de estación por diez días se ven empujados a presentarse, carpeta y bolígrafo en mano, al puesto de trabajo.

Han entregado su solicitud de manera presencial unos 300 candidatos, según fuentes de FGV. Entre los requisitos obligatorios había que acreditar un nivel B1 de inglés, el Oral de valenciano o estar en posesión de la ESO. Pero la primera criba de currículums arrojó una lista con cien preseleccionados. Y el perfil, dicen los psicólogos que los han revisado, ha experimentado un fuerte cambio con respecto a los últimos años: está lleno de ingenieros, profesores o licenciados en carreras como Químicas, Comunicación Audiovisual, Geografía e Historia, Turismo, Ciencias Ambientales o Biología. Por supuesto, muchos de ellos tienen másteres. Hay candidatos con nivel B2 de inglés.

Las pruebas empezaron ayer y acaban hoy. Son más de dos horas de examen. Según cuenta una aspirante a la salida (no conviene identificar a nadie en pleno proceso), primero hicieron un cuestionario de personalidad, con 90 preguntas tipo test. Un ejemplo: si en un atasco el vehículo de detrás te pita sin parar, ¿qué haces? Luego pasan por una terapia de grupo, con debate incluido. Y, finalmente, se someten a una entrevista personal.

El objetivo es seleccionar a personal que estará, generalmente, o bien en los portones de entrada y salida de las estaciones, o bien en las máquinas expendedoras de billetes para asesorar a los viajeros ocasionales y no acostumbrados al funcionamiento del suburbano. Se buscan personas amables, con predisposición a tratar con la gente, con habilidades sociales y capacidad de autocontrol ante situaciones de nervios y aglomeraciones. Otra aspirante, con grado y alumna de máster, es tajante: «Necesito trabajar, necesito tener autonomía. Y si no es el trabajo de mi vida, es el trabajo de mis Fallas».