Llega el primero de los dos grandes momentos del ejercicio fallero. Porque si el elemento principal de las Fallas son, lógicamente, las fallas, éstos tienen el añadido indispensable, de la competición. Y no sólo la de la Sección Especial. Repartidas en 19 categorías no sólo hay 379 fallas. También el trabajo y los contratos de unos profesionales para el próximo año. Algo que, posiblemente, deberían tener en cuenta aquellos que, a primera hora, saldrán a calificar las obras.

Lo que verán es el resultado, más o menos apresurado, de una «plantà exprés». Normalmente, los artistas ya emplean el 13 para ir preparando sus obras. Pero el día de las lluvias sólo hubo opción, en todo caso, para llevar material a casales o carpas. La de ayer fue una carrera contra el tiempo y, sobre todo, un desafío para aquellos que tienen muchos trabajos en la calle, y en diferentes barrios de la ciudad.

La Especial infantil se presenta con diez participantes. Tan sólo cuatro doblan presencia en la máxima categoría en la falla grande: Convento Jerusalén, Sueca, Malvarrosa y Exposición. Resulta evidente que las cuentas les salen muy justitas a las comisiones de élite para mantener el nivel de la falla grande y, en esa situación, la sacrificada es la falla infantil. La ausencia de Na Jordana, ganadores del primer premio el año pasado, es el último caso de ausencia, tal como hizo Almirante Cadarso el pasado ejercicio. Hace tiempo que el Pilar, l'Antiga de Campanar o Cuba-Literato Azorín dieron el pasito atrás.

La máxima categoría vive un momento de transición, en el que conviven dos generaciones de artistas. Ya no están aquellos que, aún siendo contemporáneos por edad, dejaron esta competición por diferentes avatares: Paco López Albert, Manolo Blanco, Juan Carlos Molés... sólo sobrevive el incombustible Bernado Estela de esa generación de competidores. A partir de ahí tomó el relevo Joan Blanch, que es el valor más perdurable de estos años en la pelea por el primer premio. No hace tanto se produjo la eclosión de Sergio Amar entre los mejores.

Este año vuelven un ganador de primer premio y otro que ya debía haberlo sido: Javier Fernández y José Gallego. Y a estos hay que añadir el empuje de los nuevos valores. Miguel Hernández lleva ya algunos años llamando a la puerta y su progresión, premios en la mano, es siempre ascendente. Iván Tortajada se presentó el año pasado, avalado por la aureola de ser el artista más valorado de la era moderna y casi gana a la primera de cambio. Y el grupo Cap de Suro hará su presentación con un estilo muy personal. Completarán el elenco de participantes dos incombustibles: Ángel Navarro y Salva Dolz.

Por detrás, infinidad de fallas de diferentes tamaños y formas que, en general, no son nada desdeñables. Se estima que el nivel general en las infantiles es, actualmente, bastante bueno para los escasos medios económicos que hay.

Y también la municipal

La jornada de hoy es también el gran examen para la falla municipal. Una obra absolutamente fiel a la forma de entender el arte efímero por parte de sus autores, Anna Ruiz y Giovanni Nardín. Anoche ya empezó a mostrarse sus volúmenes, entre los que se intercalan los personajes que leen y las alegorías que les acompañan.