El Ayuntamiento de València ha expedientado a una «veintena» de comisiones falleras por incumplir el bando fallero en lo que a limpieza se refiere. Así lo anunció ayer la concejala Pilar Soriano durante el habitual balance de las fiestas, en las que se ha registrado un ligero incremento de la basura y un gran compromiso con el reciclaje. También ha habido, pese a la multitud, menos vandalismo que el año pasado.

Según la concejala, para estas fiestas se había reforzado el dispositivo de seguridad con 7.500 jornadas adicionales. Los tres turnos han funcionado a pleno rendimiento entre los días 12 y 20 de marzo, lo que ha supuesto un gasto añadido de 1.108.000 euros ya previsto en los presupuestos de la concejalía. Sólo la «nit de la cremà» obliga a desembolsar 200.000 euros más que una noche normal, precisó. Eso ha permitido, en cualquier caso, responder «muy bien» a las necesidades de la ciudad y de la avalancha de gente, según Soriano. Desde el fin de semana del 12 de marzo hasta éste último fin de semana se han recogido 7.636 toneladas de basura, un 3,5% más que el año pasado, cuando el balance fue de 7.376 toneladas. No se trata de un incremento significativo, pero sí lo ha sido el de los contenedores de reciclaje, lo que demostraría, según Soriano, una mejora de la concienciación ciudadana. El incremento de papel recogido ha sido del 22%; el de envases se acerca al 17% y el de vidrio supera el 30%.

Y por lo que se refiere a la «cremà», este año se han recogido 2.338 toneladas de ceniza, un 4,7% más que en 2016, cuando el montante global fue de 2.233 toneladas. Pilar Soriano también quiso destacar el descenso del vandalismo aún en circunstancias adversas por el número de visitantes. Según dijo, este año se han destrozado 1.299 papeleras frente a las 1.324 del año pasado. Un 2% menos. Y destacó también el hecho de que apenas se hayan destruido 12 contenedores.

Dos zonas complicadas

Para Pilar Soriano las dos zonas de Valencia donde más dificultades hay para llevar a cabo las labores de limpieza son el Carmen y Russafa, por la estrechez de las calles y por la concentración de fallas y personas. La noche del día 18, por ejemplo, la limpieza de Russafa tardó una hora más de lo previsto.

En general, sin embargo, Soriano cree que se ha cumplido con las necesidades de la ciudad, sobre todo teniendo en cuenta que entre la retirada de las verbenas y la hora de estar de nuevo en la calle viendo fallas los tiempos se acortan mucho.

La concejala destacó la colaboración ciudadana y el comportamiento de las comisiones, que tiene la obligación de limpiar las zonas que tienen acotadas para sus actividades. De todas formas, el ayuntamiento ha abierto «una veintena» de expedientes a otras tantas comisiones que no han cumplido el bando fallero en ese sentido. Ahora se analizarán sus responsabilidades y se adoptarán medidas correctoras o sanciones.