Uno de los estrenos más esperados en la Exposición del Ninot son los que presentará Toni Fornes. Desde hace años, sus figuras son un relato de actualidad en las que predomina el retrato y la crítica. Y el artista augura este año nuevamente «una exposición con mucho personaje. Cosa que está bien: soy partidario de que haya cuantos más mejor. Yo pienso en la Exposición como un espacio para la crítica y el humor más que para el preciosismo realista». Entre los trabajos que se verán dentro de una semana, rematados en pintura por su esposa Nora, hay políticos del ámbito nacional. Un Mariano Rajoy de Nueva Orleans sale de la caja (la caja B) haciendo vudú a Puigdemont para la falla del Horno de Alcedo. Y Jordi Pujol recuperará su símil con Yoda para proclamar la República Catalana, aunque el androide BB8 no entienda nada. Eso es en la falla Maestro Valls. Entre los políticos locales, por supuesto, Giuseppe Grezzi, que en Maestro Serrano de Xirivella será uno de los pollos de Rebelión en la Granja, intentando su especialidad: que los coches no pasen. También hay crítica social. Especialmente la de Pintor Pascual Capuz que viene que ni pintada: una mujer representada por una alegoría de la obra de Frida Kahlo junto al aro de espinas que tantas veces ha tenido que pasar la mujer. En la plaza de Luis Cano hay un niño especial que se convierte en un grito de libertad porque también ellos pueden hacer cosas grandes. Y la crítica ecológica se verá en la falla en blanco y negro de Llorers-Arquitecto Lucini, donde los pingüinos se convierten en presidiarios que destiñen por la contaminación. Reconocía que «hay argumentos que en los últimos días vienen que ni pintados, como el de la mujer o el de Rajoy». El humor se deja para la falla Ausiàs March-Na Robella, con las desventuras de un pintor.