La falla Almirante Cadarso-Conde Altea gana por cuarto año consecutivo el Ninot Indultat, una obra del artista Manuel Algarra. El monumento está formado por dos niñas en pijama intentando coger un libro de una estantería.

Un héroe de la guerra de Filipinas y un prohombre rotulado en vida La calle Duque de Calabria se llamó inicialmente Almirante Cadarso porque era prolongación de ésta. Y Almirante Cadarso también se llamó en origen «Prolongación de Isabel la Católica». Son los vaivenes de proceso de creación del Ensanche, la nueva València que se abría a los límites instaurados desde hacía siglos por su muralla. Esta calle también estuvo rotulada a nombre de José Rizal, político, médico y héroe de la independencia de Filipinas. El cambio no nos lleva muy lejos porque José Cadarso Rey fue un marino gallego que desarrolló su carrera en los ultimos territorios de ultramar en el Pacífico, siendo gobernador de las Islas Carolinas y comandante del crucero Reina Cristina, que se lanzó de forma casi suicida contra el buque insignia de la escuadra norteamericana, el Olympia del comodoro George Dewey. Cadarso, a quien al parecer se le había diagnosticado un tumor maligno, falleció al estallar una granada. Su heroísmo le valió el reconocimiento tanto en su Noya natal como en varias ciudades, incluida València, donde se le rotularon calles.

En nuestro caso, con la denominación de Almirante, que se le concedió a título póstumo.

Los prohombres se suceden en estas calles creadas en los años veinte. El taquígrafo Martí, Cánovas del Castillo, el marinero Císcar... y el Conde de Altea, José Jorro Miranda, a quien se le dedicó la calle aún en vida. Diputado, abogado, Director General de Registros y del Notariado, Subsecretario de Instrucción Pública y Bellas Artes, subsecretario de Trabajo, Comercio e Industria y ministro interino de Trabajo. Falleció precisamente en Altea, cuyo condado se le había concedido en1920, tres años antes que la calle.