El PSPV no consiguió solucionar ayer los problemas de la fiesta, a pesar de la más que demostrada experiencia y prosapia de los participantes en el debate sobre el modelo de gestión. Tampoco se perseguía eso. Pero sí que logró un objetivo claro: mover el manzano. Sembrar inquietud al socio de gobierno con esta particular forma de decir entre líneas «aquí estamos por lo que pueda pasar».

Sandra Gómez lo anunció. Que el objetivo de las jornadas es «hacer más grande esta fiesta», pero a la vez «superar la confrontación y hablar de futuro con todos los implicados». Más claro, agua.

El debate, puesto sobre la mesa con una sonrisa, no dejaba de ser el mismo que, hasta la saciedad, se realiza en semanas culturales, charlas, debates radiofónicos y televisivos y otras pláticas. Pero en esta ocasión había muchos más asistentes. Nadie quería perderse el bautizo del nuevo PSPV Fallero y, ya puestos, dejarse ver no viene mal. Por morbo o por si cae algo en los próximos meses. O por ver por donde respira el rival. La consecuencia fue un numeroso y variado auditorio. Queda muy claro quienes están en su equipo y por donde van las primeras intenciones del partido en clave fallera.

¿Qué dijeron las élites de la fiesta? En líneas generales, que se les ayude más. En burocracia, en leyes de mecenazgo y el eterno debate de depender o no del ayuntamiento, muy virado en favor de la tutela municipal. A la hora de la verdad, debatir «modelos de gestión» es venir a hablar de mi libro, que tiene las tapas y las páginas muy sobadas. Tanto, que las intervenciones del público no era para preguntar a los ponentes, sino para dar cada uno su propio discurso con el encanto de la discrepancia.

Más que dinero, soluciones

¿Que se dijo? José Miguel Calap, socialista de cuna, se quejó de «la falta de gente» que hay para sacar adelante las comisiones «que nos empieza a obligar a contratar personal para hacer diferentes gestiones». José Luis Vaello, secretario general en la época del PP entendía que «no se puede pedir más dinero al ayuntamiento porque la ciudad tiene muchas prioridades, pero lo que de verdad necesitamos es un concejal que sea fallero, que nos defienda y nos solucione los problemas».

Julio Torras dejó claro en qué equipo está. Se dirigió a Sandra Gómez diciéndole que «espero que seas la próxima alcaldesa» para después decir que «los políticos deben pensar que la fiesta grande son las fallas y que no podemos seguir creciendo en problemas». Defendió a ultranza el actual modelo de vinculación con el ayuntamiento (el concejal, presidente de la JCF) «porque el problema gordo lo tiene el ayuntamiento porque ocupamos toda la ciudad. No podemos decir "que el ayuntamiento nos de el dinero y nosotros lo gestionamos". Otra cosa es que le demos un giro de tuerca a la JCF. Y la Interagrupación está para lo que está. Pero ¿quien es la Inter para decir si hay que poner o no unos versos? La JCF no se mete con lo que pone cada comisión en sus llibrets». Y estuvo a punto de tener un enganchón con un veterano socialista, Gabriel Gil.

El otro cabeza visible del grupo, Fernando Manjón, curiosamente (o no), se sentó al lado del que fuera su rival electoral para la Inter, Jesús Hernández Motes y fue de los beligerantes con el actual poder: «nunca habíamos tenido tantos problemas como ahora porque no nos rige un fallero, sino una ideología».

Merche de la Guía apeló a que hay que profesionalizar más espacios de la Junta Central Fallera y José Acosta en que «nos han de dar facilidades, no que el permiso de la verbena de San Juan llegue dos días antes o que te cambien las dimensione de la carpa la víspera». En definitiva, que se echen manos, pero no al cuello, a los falleros.

Críticas del PP al PSPV

Y mientras esto ocurría en el Palacio de la Exposición, el Partido Popular después de tres años atizando a Compromís, ponía el punto de mira en el PSPV (remarcando en el comunicado lo de Partido Socialista del País Valencià) para decir lo que muchos piensan pero no se atreven a decir. «Estas jornadas son una declaración de guerra del PSPV a Compromís y un cuestionamiento de la gestión de sus socios de gobierno, intentando ocultar su corresponsabilidad» decía Félix Crespo. «Si de verdad quería ayudar al mundo de la fiesta y de las fallas en particular, debería haber manifestado públicamente su desacuerdo y no apoyar sistemáticamente con su voto la gestión»

Y C’s, con la falla municipal

Y Ciudadanos no se quedaba atrás y lanzaba un comunicado de visibilidad anunciando que propondrá que los concursos de las Fallas Municipales se vuelvan a convocar, a partir de 2019, en febrero con tal de que los artistas falleros puedan optar antes de comprometerse con las comisiones falleras, según afirmó la concejala Amparo Picó. De sentido común. «No proponemos modificar el pliego de condiciones sino cambiar la fecha. Espero que el concejal de Cultura Festiva tenga la sensatez de reconocer nuestro planteamiento y no nos argumente excusa alguna».