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Hallazgo

La edificación de una casa en Benetússer saca a la luz un taller de vino del siglo XVII

La excavación, que el consistorio financiará durante dos meses, también ha descubierto restos romanos

La edificación de una casa en Benetússer saca a la luz un taller de vino del siglo XVII

La promoción de una nueva vivienda en la calle Dr. Perpiñá de Benetússer ha sacado a la luz un trullo del siglo XVII, un lebrillo y una más que probable bodega. No obstante, podría ser tan sólo el principio de una larga lista de tesoros puesto que la excavación apenas ha comenzado y se trata de una zona a la que se le presupone gran riqueza arqueológica.

Los primeros trabajos comenzaron hace unas semanas y corrieron a cargo del propietario del solar. El lugar está enclavado en el centro histórico de Benetússer, en un área declarada de especial vigilancia arqueológica por su pretendida fertilidad histórica. Esta circunstancia obliga a que, antes de levantar nuevas viviendas, se tengan que hacer excavaciones para comprobar si existen elementos arqueológicos que deban ser protegidos. El dueño del terreno cumplió con este requisito del planeamiento urbano y financió una pequeña campaña arqueológica en el solar que fue la que sacó el lagar a la superficie.

Se trata de una estructura artesanal que se utilizaba para pisar la uva y extraer de ella el mosto. Luego, por uno de sus extremos se decantaba el líquido a unas tinajas colocadas por debajo del nivel del trullo y, al fondo del todo, se instalaba un lebrillo con la misión de recoger los posibles restos del proceso de vaciado. Esta vasija ha sido recuperada prácticamente íntegra.

Tras los primeros hallazgos, en los que la directora de la excavación, Manuela Raga y Rubio, también desenterró algunos restos de época romana, el Ayuntamiento de Benetússer se interesó por los trabajos y pidió al propietario que retrasase la construcción para continuar con la excavación, esta vez ya con cargo al presupuesto municipal. El dueño aceptó y concedió al consistorio una prórroga de dos meses que ha comenzado esta misma semana.

Raga y Rubio, que vuelve a dirigir los nuevos trabajos con la ayuda de Álvaro Menéndez, becario municipal del área de Patrimonio, confía en que la parcela ofrezca más descubrimientos aunque está convencida de que aún es demasiado pronto. «Los restos islámicos que aparecieron en la plaza del Ayuntamiento explicó ayer estaban a cuatro metros de profundidad respecto a la cota en la que actualmente trabajamos», así que, aunque haya suerte, todavía habrá que esperar. Por ahora sólo se ha realizado un sondeo a una profundidad de -2,60 metros respecto al nivel de la calle. El trullo se encontraba a apenas 50 centímetros de la cota de la vía pública.

No obstante, no parece descabellado pensar que en el solar pudiera haber estructuras anteriores a la Edad Moderna, dado que en superficie se han hallado restos de época romana. «Estaban descontextualizados y fuera de sitio señaló la arqueóloga, pero indicarían que debajo o en el entorno más próximo existieron materiales romanos que, tal vez, se utilizaron como relleno a la hora de construir las posteriores edificaciones».

La zona industrial de hace siglos

De momento, por las piezas que se han recuperado hasta ahora, todo parece indicar que la parcela estuvo ocupada desde el siglo XVII y hasta principios del XX por un taller de elaboración de vino. Esta tesis quedaría refrendada por la aparición de trullos similares en otras excavaciones realizadas anteriormente en la misma calle, un espacio que hace siglos sirvió de emplazamiento a la primigenia industria de Benetússer.

El lagar que ahora ha salido a la luz se conservará en el subsuelo mediante un recubrimiento de geotextil al que se le añadirá zaborra. Para que permanezca intacto, el proyecto de edificación de la nueva vivienda ya ha modificado su plan de cimentación.

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