Aunque el futuro mapa de los ayuntamientos refleje un aumento considerable de gobiernos progresistas y los socialistas sean en muchos pueblos la fuerza más votada de la izquierda, a pesar de haber perdido votos, también hay algunas excepciones en l'Horta Sud. Paiporta, Catarroja, Manises o Alfafar son algunos ejemplos.
En Paiporta, Vicent Císcar reconoce que está algo «descontento» por haber pasado a ser la tercera fuerza, por detrás del PP y de Compromís, aunque considera más importante que los populares hayan perdido la mayoría absoluta «por su prepotencia en la forma de hacer las cosas» y aplaude que la alcaldía pueda recaer ahora, si se configura un pacto de izquierdas, en un partido como Compromís «con el que tenemos tantas afinidades». Císcar valora que los resultados son fruto del «trabajo bien hecho cuatro años del equipo local de Compromís y del tirón de Mónica Oltra, una política cercana con un discurso que todo el mundo entiende».
En Catarroja, el PSPV pasa a ser la cuarta fuerza con cuatro ediles, por debajo del PP, Compromís y Guanyar, que logran cinco cada uno. Alberto Gradolí también está descontento con este resultado y considera que «la lista montada por Esquerra Unida, con la marca de Guanyem ha tenido gancho en el electorado y nos ha hecho bajar». Valora «el trabajo constante de cuatro años de Compromís» y se ofrece para un pacto de gobierno que desaloje al PP de la alcaldía de Catarroja.
En Manises, Pilar Molina también ha bajado. El PP logra seis ediles, seguido de APM-Compromís que tiene cinco. Los socialistas obtienen cuatro, tres son para la marca instrumental de Podemos, dos para EU y uno para Ciudadanos. Molina afirma no estar contenta con el resultado aunque explica que su objetivo era que el PP perdiera la mayoría absoluta y que se generara un equipo joven de gente que encare el futuro del partido. «Yo me presenté para posibilitar una transición», dice.
En Alfafar, Rosa Ruz, que ha perdido tres de los nueve concejales que el PSPV obtuvo en 2011 (cuatro años antes había conseguido ser la candidatura más votada de la comarca), tiene claro que sus malos resultados son fruto de la situación que ha atravesado el partido en los últimos tiempos. «Hemos estado arreglando asuntos internos de la agrupación—asegura— y sólo hemos empezado a hacer verdadero trabajo de oposición desde hace seis meses». No obstante, el colectivo «ya está renovado y ahora sí hay ya muchas ganas y fuerzas para trabajar por Alfafar», lo que, vaticina, dentro de cuatro años les dará «mayor confianza de la ciudadanía».
