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Los toros enfrentan al pueblo de Silla

Los aficionados cuelgan pancartas en defensa de la fiesta y el gobierno local se siente «acribillado»

El mundo taurino de Silla está en pie de guerra. Los aficionados, que el pasado mes de julio ya evidenciaron cuál iba a ser su postura ante la tibieza municipal al asistir en masa al pleno para reivindicar los «bous al carrer», protagonizan estos días intensos desencuentros con el actual equipo de gobierno (un cuatripartito de PSPV, Compromís, EU y Silla En Democracia), al que acusan de «politizar» los festejos y de intentar «imponer un veto al mundo del toro» tras anunciar el alcalde un referéndum sobre la fiesta para el año próximo.

El sábado, primer día de toros, lo primero que hizo la recién nacida Federació Taurina de Silla, que agrupa las cuatro peñas, fue inundar la calle Sant Roc, donde se produce la suelta de astados, con pancartas en defensa de una «tradición» y una «seña» de identidad. No en vano, Silla es uno de los municipios de l'Horta Sud donde más arraigo tienen los «bous al carrer». En los carteles, interpretados por el gobierno local como un «ataque en toda regla», no sólo se aboga por la continuidad de los festejos (ocho días de toros, sin recortes), sino que se hacen veladas referencias a alguno de los partidos que más claramente se ha posicionado en contra de la fiesta.

La segunda actuación de la Federació fue leer un manifiesto en el que se calificaba «la cultura taurina» de singularidad local «desde hace más de 160 años» y de «tradición» en la que ellos, «devotos del toro», no pueden elegir «libremente» su ocio por «la tiranía de algunos poderes políticos». La lectura se hizo al poco de comenzar los festejos, ante más de 2.000 personas y a través de la megafonía municipal, lo que llevó a la concejala de Fiestas a prohibir a las peñas que empleasen los medios del consistorio. No obstante, al cabo de unas horas se levantó la restricción, pero el enfrentamiento entre los aficionados taurinos y el equipo de gobierno no se aflojó ni un ápice; y así sigue hoy en día.

Para Rafael Gomar, miembro de la Penya Caixaes, la Federació «no pretende atacar al ayuntamiento», sino que sólo busca «defender la fiesta» y la «perfecta simbiosis que hasta ahora ha habido entre el consistorio, los aficionados y los vecinos de Silla». De hecho, es la entidad la que se siente «atacada» por el nuevo equipo de gobierno, «que ya nos ha dicho que su idea es recortar los días de toros».

Por su parte, el alcalde, el socialista Vicente Zaragozá, afirma sentirse «dolido porque se ha hecho un esfuerzo muy grande para no tocar los festejos y, ahora, están acribillándonos». Sobre el posible recorte del que habla Gomar, el mandatario asevera que «no hay nada, porque se hará lo que el pueblo decida en el referéndum popular», que se convocará a finales de este año o principios del que viene.

Una tensión que empezó en 2013

El desencuentro entre el actual equipo gubernamental y el mundo taurino local viene de lejos. Hace dos años, Compromís (entonces en la oposición) propuso dejar en cuatro el número de días de toros frente a los ocho que tradicionalmente se celebran. La idea encontró el respaldo del PSPV y de algunos sectores sociales de Silla, aunque no llegó ni siquiera a debatirse en pleno.

Este año, cuando el cuatripartito se hizo con la vara de mando local, el nuevo alcalde anunció la próxima publicación de los gastos que las fiestas taurinas suponen para el consistorio, así como un referéndum popular sobre los festejos. Poco después, el edil de Els Verds, Antonio Navarro, presentó una moción en la que exigía que Silla se declarase municipio libre de «bou embolat» y «bou en corda». Cuando la propuesta llegó al pleno, con un inusual público repleto de aficionados, los miembros del cuatripartito gubernamental se abstuvieron y su tibieza fue interpretada por el sector taurino como una suerte de amenaza hacia el futuro de la fiesta local.

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