Los propietarios de perros en Mislata están más que preocupados después de que al menos dos animales (tres según algunas fuentes) hayan muerto en los últimos días tras haber ingerido comida con veneno en el entorno de un pipican del municipio, tal como aseguran varios vecinos. De momento, el consistorio no tiene constancia de que existan denuncias por estos hechos, pero ya ha ordenado a la Policía Local y a los operarios de la limpieza reforzar la vigilancia en parques y jardines, según confirmaron ayer fuentes municipales.
Las alarmas saltaron esta semana a través de las redes sociales, aunque ya se habían encendido antes mediante el tradicional sistema del boca a boca entre los dueños de los canes. «Ayer me avisaron de que estaban poniendo veneno a los perros en el pipican del Almassil y, desde entonces, ya no lo llevo allí», cuenta una mujer.
Pese a que dice «no conocer» a las supuestas víctimas mortales, está convencida de que la información «es totalmente cierta porque no es la primera vez que intentan envenenar a los animales». De hecho, asegura, ella misma ha «visto trozos de carne con alfileres clavados» en la misma zona donde ahora se producen los presuntos envenenamientos. «Siempre que he visto restos de comida con alfileres o clavos, los he recogido y tirado a la basura, y he avisado a los dueños de otros perros cuando me los he encontrado, pero jamás he ido a la policía para advertir de lo que sucedía», admite.
Los operarios que semanalmente se encargan del mantenimiento de los jardines ubicados entre el colegio l'Almassil y la carretera San Antonio —donde se encuentra el pipican en el que supuestamente se han producido los envenenamientos— tampoco sabían nada ayer de estos hechos.
No obstante, una vecina que aseguró ser amiga del propietario de dos canes fallecidos se interesó ayer por «saber» si los empleados municipales habían «echado veneno a las plantas o visto algo sospechoso» porque, según les explicó, «el veterinario había confirmado que los perros murieron tras ingerir alguna sustancia tóxica». Los operarios negaron haber utilizado cualquier tipo de veneno para cuidar las plantas y le anunciaron que extremarían la vigilancia «para detectar posibles trampas tóxicas» que podrían afectar «tanto a niños como a animales».
Aunque el Ayuntamiento de Mislata investiga los hechos para tratar de confirmar los óbitos de las mascotas, tampoco descarta que «pueda tratarse de una falsa alarma», puesto que «no hay constancia de que se haya presentado ninguna denuncia pese a la gravedad de los hechos», tal como detallaron ayer fuentes municipales.
