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«Mi reto es que Valencia sea reconocida en el mundo por sus bandas de música»

¿Qué se encontró cuando llegó al área de Cultura?

Un porcentaje muy elevado de trabajadores del área muy desmotivados y atemorizados. Y también una parte muy importante de una política cultural dirigista, basada en decisiones políticas y no en criterios técnicos.

¿Cómo ve la gestión cultural de Alfonso Rus y su equipo?

Era una política muy vinculada a la del resto del Partido Popular, de escaparate y de foto, y no basada en el interés social real. Como ejemplo, recuerdo el caso de un artista que propone una exposición que fue aceptada por la dirección del museo y se programó, y luego la diputada la tachó con un lápiz. Así se funcionaba, buscando el rédito político o el lucimiento de un diputado.

¿Tiene la impresión que se primaba en las subvenciones a determinados pueblos?

Efectivamente, y ahora nos toca hacer mucha pedagogía cuando vienen alcaldes a pedir l'Almoina o a por una ayuda. Les decimos que vamos a hacer un reparto equitativo en base a la población para que ellos lo gestionen. Aquí los alcaldes no tienen que venir a «implorar», que es el adjetivo que algunos han utilizado para describir lo que pasaba. Se subvencionada según si en el pueblo había un diputado o en qué sector del PP estaba alineada la agrupación local. Se han repartido subvenciones extraordinarias para proyectos singulares que han ido a parar a certámenes de pintura rápida, cuando esta actividad se hace en todos los pueblos. Nuestra línea no será esa. Evidentemente ayudaremos a proyectos singulares como la Mostra de Pallassos de Xirivella o el MIM de Sueca, entre otros, porque tienen mucha trayectoria y los consistorios llevan años volcándose.

¿Qué objetivos se ha marcado en su área?

Van con la filosofía política de Compromís. Aunque somos concejales de un pueblo y diputados por una circunscripción, nuestra responsabilidad es defender los intereses de todos y dejar de lado aquello de que cuando uno era diputado de una comarca, allí se tenía que notar. Tenemos unos 19 millones de euros, además del coste de personal, para 2016. Aumentamos a 3,2 millones los fondos para el SARC, que es lo más demandado por los ayuntamientos y la novedad será que vamos a primar el cine documental. Las rutas turísticas vamos a enfocarlas para conectar el interior con la costa y viceversa, y van a estar diseñadas por los técnicos y no las empresas. Vamos a facilitar fondos bibliográficos a los ayuntamientos de forma gratuita. Y el CD de «nadales» será el primero de una colección de música patrimonial.

La Diputación de Valencia siempre ha hecho bandera de las bandas de música. ¿Van a ser también su prioridad?

La mayor parte del presupuesto del área va a parar directa o indirectamente a las bandas de música. Me sorprendió al principio pero veo que es más que merecido y lo vamos a mantener aunque el presupuesto de la Diputación se reduce. Vamos a impulsar un proyecto de internacionalización de la música de bandas a través de vídeos de conciertos que intercalarán imágenes de los pueblos. Hasta ahora Valencia se conoce mundialmente por la paella y las Fallas. Mi reto y el de las sociedades musicales es que se conozca por sus bandas y que, dentro de unos años, le nombres «Valencia» a una persona de Massachusetts y le venga a la mente la música.

¿Qué le piden los alcaldes de la comarca de l'Horta?

Me piden que conozca sus proyectos y sus propuestas, que son muchísimas. En l'Horta Sud demandan más temas etnológicos y en l'Horta Nord, arqueológicos. Ya he recibido o visitado a ediles de Aldaia, donde se ha reabierto el TAMA, o Catarroja, donde vamos a ayudar a rehabilitar les Barraques, además de Paiporta, Manises o Xirivella.

Teatro, auditorios de prestigio, cerámica, ¿Todo ese potencial de l'Horta está reconocido?

Estamos en el conflicto de siempre. Por sus recursos culturales y valor patrimonial, Valencia hace de polo centralizador del turismo. Antes Valencia ejercía como capital de l'Horta „ahora lo es más del 'País'„ y desde hace mucho, lo hacía a espaldas de l'Horta. El reto es como conjugar el valor de Valencia con los que tiene l'Horta sin que ninguna se sienta agredida. No olvidemos que además de todos los recursos culturales de los pueblos, su gran valor es la huerta, poder pasear entre regadío y entre naranjos. Y en patrimonio, yo pondría al mismo nivel Valencia que, por ejemplo, Paterna.

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