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Humedades en centros históricos

Humedades en centros históricos

Una de las problemáticas más importantes para la correcta preservación de los edificios históricos, son las humedades por capilaridad procedentes del subsuelo que pueden producir desconchados en la pintura y la hinchazón de los revestimientos de sus paramentos. Éstas afectan a su confort ya que pueden generar en sus interiores un ambiente de insalubridad. Además, este tipo de humedades se ven agravadas al cubrir sus muros históricos con azulejos, enlucidos o monocapas con componentes impermeabilizantes como el Cemento Pórtland que dificultan su transpiración natural.

El origen más habitual de este tipo de humedades, como recogen los profesores Gerónimo y Alfonso Lozano (1995) en su «Curso Técnicas de intervención en el patrimonio arquitectónico», son las procedentes de niveles freáticos situados a la altura de los cimientos o más bajos por la presencia de acuíferos, las causadas por la escorrentía del agua de lluvia o las debidas a los gases del subsuelo (generalmente cargados de humedad) que emergen a la superficie. Las de este último caso según estos autores, se deben a que «antiguamente, la permeabilidad de los caminos de tierra? permitía una salida franca de los gases al ambiente exterior, constituyendo el muro el camino de mayor resistencia a la salida». Sin embargo en la segunda mitad del siglo XX, las calles de l'Horta se asfaltaron o se readoquinaron con piezas de hormigón creando una barrera antitranspirante. Por ello actualmente «la única salida que encuentran los gases migratorios» son «los muros de los antiguos edificios que, actuando a modo de chimeneas, presentan la vía de menor resistencia. En su camino ascendente arrastran el agua capilar al tiempo que introducen en la fábrica nuevos vapores cargados de humedad».

Otras causas diferentes para este tipo de humedades son las accidentales, que pueden resultar persistentes, son las pérdidas en la red de suministro de agua potable, en las instalaciones de fontanería de particulares, en las conducciones y arquetas de desagüe o en las acequias subterráneas sin canalizar.

Afortunadamente existen diversas soluciones para tratar de paliar este problema como son los sistemas de desecación que se emplearon con resultados aceptables durante la pasada década, en dos bienes protegidos del centro histórico de Torrent que contaban con humedades no accidentales. El primer caso fue el del Museu Comarcal de l'Horta Sud «Josep Ferrís March», en cuyos muros y tabiques se instaló una barrera eléctrica consistente en un sistema de electro-ósmosis activa conocido como «mursec», que invierte la polaridad existente entre el suelo y la pared, de tal manera que el agua ionizada desciende a través del muro hacia el terreno. Y en segundo lugar, el de la Casa de la Cultura de la población en la que se utilizó el método Knapen, lo que supuso la instalación de higroconvectores en sus muros que actúan a modo de aireadores que por diferencia de temperatura extraen la humedad de forma natural. Con estos sistemas y otros similares realizados por empresas o profesionales especializados, se puede tratar de mejorar el estado de preservación y confort de nuestros edificios históricos.

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