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Abriéndose hueco desde Torrent

El Ciutat de Torrent encontró hace tres años amparo en esta localidad y se ha convertido en el único equipo femenino de División de Plata de toda la provincia «Esto solo se entiende por devoción», afirma su capitana

Las torrentinas se despidieron con victoria en casa. Levante-EMV

Posiblemente muchos no saben que el único equipo de la provincia de Valencia que milita en División de Plata de fútbol sala femenino está en Torrent. El Ciutat de Torrent-Valencia Terra i Mar se creó hace prácticamente tres años, con la fusión de las jugadoras del equipo de la Universidad Politécnica de Valencia y del Massanassa. Ángel Zurilla se hizo cargo de la dirección desde el banquillo y desde los despachos Ricardo Bellver, que gracias a su tesón y su pasión por el fútbol sala consiguió crear este equipo en Torrent, gracias al apoyo de la Diputación de Valencia y del ayuntamiento de la localidad.

Así nació Futsal Ciutat de Torrent -Valencia Terra i Mar, que al segundo año de vida se proclamó campeón de la Liga Autonómica y ascendió directamente a la División de Plata. Esta temporada, en el Grupo II, el equipo formado por por María José, Marina, Clara, Mariam (C), Mª Isabel «Pitu», Carmen, Leo, Lucía, Mª Carmen «Mini», Rita, Nuria y Sara Mut, estuvieron a punto de dar la sorpresa, ya que fueron líderes durante gran parte de la primera vuelta, pero una serie de errores en la segunda vuelta les ha dejado a mitad de tabla sin posibilidad de entrar en el play-off de ascenso. Un objetivo que queda pendiente.

«Aunque está claro que era nuestro primer año en la categoría, la verdad es que no hemos acabado muy contentas. Tras ir tanto tiempo líderes deberíamos haber al menos luchado por el ascenso», señala resignada la capitana, Mariam Aamer, que con 34 años también es la más veterana del equipo. Posiblemente, esa madurez y experiencia, es la que ha faltado en este primer año. «Ahora con la cabeza fría después de acabar la Liga, vemos los errores. En esta categoría hay otro ritmo de aprendizaje, otro ritmo de competición. Hemos bajado la exigencia en momentos puntuales del partido que nos ha costado varios goles pese a ir dominando», recuerda. Errores que sirven de aprendizaje. «El año que viene sí hay que pelear por el ascenso. Ahora ya conocemos los puntos débiles de nuestros rivales, sabemos que debemos estar concentradas el 100% de los minutos, sin relajarnos», asegura.

Mariam puede hablar con tranquilidad del año que viene. Aunque ella no esté dentro de la pista porque ha anunciado su retirada, el equipo, por ahora tiene asegurado su futuro, un privilegio para esta categoría y este deporte cuando sobre todo hablas de categoría femenina.

«Tenemos la inmensa suerte de contar con un presidente que no para de buscar apoyo y con las subvenciones que tenemos al menos podemos decir que jugar no nos cuesta dinero. Los viajes, equipaje, todo está costeado, no cobramos pero tampoco pagamos . Eso es algo impensable en esta categoría donde la mayoría de jugadora se tienen que pagar la ficha de 250 euros. Y eso, sobre todo entre las más jóvenes, tira para atrás».

Paradójicamente son las más jóvenes las que pueden permitirse jugar, «porque la mayoría están estudiando y pueden compatibilizarlo, cuando ya empiezas a trabajar la mayoría se lo van dejando», afirma, ya que es impensable vivir de un deporte como el fútbol sala. «Solo en categoría masculina, si vas a la selección , a unas olimpiadas..., pero nosotras n i pensarlo. Al menos aquí, el femenino somos el equipo referencia del club, cuando no suele ser así».

Mariam, sin embargo, reconoce que las lesiones, el tiempo perdido con la familia, la menor vida social, añadido al deseo de ser madre, hace que muy pocas jugadoras sigan de entrenadoras cuando acaban. «Cuando estás jugando recibes tantos palos que cuando acabas es como si quisieras soltar lastre», aunque, por otra parte, reconoce que «ha valido la pena porque me encanta este deporte y mi equipo es como mi familia. Esta dedicación solo se entiende por devoción».

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