Ya se ha iniciado demolición, desescombro y tratamiento de materiales de las naves de las antiguas Cárnicas Estellés, junto a la CV-35. Los trabajos se llevarán a cabo durante los meses de junio, julio y agosto y se realizarán con maquinaria pesada especializada y personal cualificado para este tipo de trabajos. Assistacasa 2005 contará con la colaboración de Magma Gestión en el desarrollo del trabajo.

Los trabajos consisten en la limpieza de todas las naves y de la parcela, así como la demolición de las naves y relleno de los fosos. Los técnicos redactores del proyecto de demolición calculan que se gestionarán unas 10.000 Toneladas de residuos.

Los trabajos de demolición presentan dos particularidades a la hora de su ejecución. La primera es que muchas de las naves están en peligro de derrumbe por la afección del fuego y los continuos robos de chatarra. Además, hay que destacar que tres de las naves están afectadas por amianto. El amianto es un mineral que durante décadas se utilizó profusamente como material de construcción y como aislante, dada su excepcional resistencia al calor. Estas propiedades físico-químicas y los bajos costes de producción han hecho de este mineral la panacea de los materiales. Sin embargo, hoy en día está prohibido su uso y es obligatoria su retirada y tratamiento específico.

En España se ha importado desde 1906 hasta el año 1992 más de 600.000 toneladas de amianto como materia prima y se han fabricado y colocado aproximadamente 4.220.000 toneladas de productos manufacturados. En España está prohibida la fabricación de materiales con amianto desde el año 1992 y su comercialización y uso desde el año 2002. El polvo que desprende este mineral está cargado de fibras microscópicas que, si son inhaladas, pueden provocar gravísimas enfermedades pulmonares: engrosamientos, calcificaciones, placas pleurales, fibrosis pleural, mesotelioma y cáncer de pulmón. La toxicidad de las fibras depende de la duración y de la intensidad de la exposición, con el problema añadido de existir un tiempo de latencia entre la exposición y la aparición de la patología entre cinco y treinta años, por este motivo pasaron décadas antes de que se prohibiese afectando a miles de trabajadores de diferentes sectores productivos.