Reducir la velocidad del tráfico rodado en las ciudades para eliminar contaminación y peligro, además de generar espacios públicos más «amables» y saludables es una reivindicación, desde hace décadas, del movimiento ecologista y de los colectivos de defensa del territorio. En los últimos tiempos, los ayuntamientos se han puesto manos a la obra y crecen en los municipios de l'Horta las áreas de velocidad reducida „zonas 30 o ciclocalles con velocidad máxima de 20 kilómetros por hora„ unidas a medidas de fomento de la bicicleta. No obstante, la asignatura pendiente es que las personas al volante respeten la velocidad establecida.
De las 43 poblaciones y ciudades que componen la comarca de l'Horta, seis son actualmente municipios 30 porque esta es la velocidad máxima a la que se puede circular en sus cascos urbanos, aunque en no todos se ha realizado una declaración ni existe una rotulación informativa. Los pioneros fueron Picanya y Xirivella, hace más de una década.
En el primero, el alcalde Josep Almenar explica que la medida se adoptó de forma paralela al trazado de una serie de rondas perimetrales que sacan parte del tráfico fuera del casco urbano y a la construcción de carriles bici. «La incidencia ha sido muy significativa. Ahora trabajamos en el diseño para los próximos 10 0 15 años que nos permitirá avanzar más en el uso de la bicicleta y otros medios sostenibles». En Xirivella, la implantación de velocidad 30 se produjo junto a un proyecto pionero de supresión de todos los semáforos «y los accidentes se redujeron un 50%», afirma el alcalde socialista, Michel Montaner.
Por su parte y aunque no oficialmente declarados, los municipios de Alaquàs, Albal, Paiporta y el Puig también son pueblos 30, en algunos casos porque lo establecen las ordenanzas municipales sin existir una declaración expresa. Paiporta trabaja ahora en un nuevo plan de movilidad y Albal tiene seis ciclocalles paralelas a la avenida principal.
Otras localidades de l'Horta Sud con áreas 30 son Aldaia (el barrio de la Brillantina y en entorno del IES Carles Salvador), Quart de Poblet (la avenida San Onofre y otras cuatro vías, algunas de ellas zonas 20), Catarroja (las avenida principales), Silla (el centro histórico y otras vías del casco urbano que son 20, y próximamente todos los accesos se regularán a 20), Massanassa (tres calles del centro) o Alfafar (la avenida Gómez Ferrer). En este último municipio, l barrio de la Fila es zona 20, igual que las vías del centro de Picassent que se reformaron en 2015.
En l'Hort Nord, los pueblos con barrio con límite de velocidad son Alboraia (todo el centro), Almàssera (el entorno del colegio), Godella (la urbanización Campolivar y está en proyecto el casco antiguo), Meliana (el barrio Roca y para 2017 será el centro histórico) y Burjassot, donde un estudio de movilidad estableció hace diez años varias calles 30. También allí, el barrio de San Juan es mixto, en cuanto al paso de coches y bicicletas con velocidad máxima fijada en 50 km/h.
Junto a estos municipios, han anunciado planes para crear áreas 30 Albalat (destinará las ayudas de la Diputación), Tavernes (la medida está incluida en su PGOU, ahora parado para realizar una consulta ciudadana), Puçol (está a punto de adjudicarse la pintura vial) o Rocafort (el nuevo plan de circulación sugiere convertir en 30 parte del casco urbano).
Por su parte, Vinalesa ha pedido a la Diputación de Valencia que la CV304, que atraviesa su término sea vía 30, algo que se espera lograr en el año 2017.
Si en los años 90 se construían carriles bici, la tendencia actual es integrar los diferentes flujos y que ciclistas y coches circulen por la misma calzada, en vías de velocidad limitada. En este punto está a la cabeza Torrent, que tiene seis kilómetros de ciclocalles con velocidad máxima de 20 km/h, rotuladas en el último año, En el término de Quart, es itinerario ciclable la CV-3661, que conecta con el Parc Fluvial del Túria.
