Por segunda vez en un año, la dirección general de Patrimonio ha ordenado paralizar las obras que el Ayuntamiento de Torrent está realizando en la calle Santa Anna y su entorno. La inspección ha considerado que deben detenerse porque no se ha realizado previamente un estudio arqueológico con catas.
Miembros de la inspección de Patrimonio de la conselleria acudieron el jueves a Torrent a supervisar las obras, que se habían reiniciado en septiembre, después de varios meses sin actividad. Tras la visita, este departamento dirigió ayer un escrito al consistorio en el que ordenaba la paralización de la obra. Con todo, se da al ayuntamiento unos días para que presente sus alegaciones.
La concejala de Urbanismo, Inma Amat, explicó ayer que acata la orden y mandó parar los trabajos. La edila indica que se había decidido ejecutarla en dos partes, una que en la calzada, donde podrían realizarse movimientos de tierras que afecten al subsuelo, y otra en las aceras. A falta de tener la autorización de Patrimonio «que se espera desde hace varios meses», se estaba ejecutando la obra en las aceras, para lo que técnicos municipales «entendieron que no hacían falta las catas». Y así lo alegarán a la conselleria, según Amat, además de requerir la respuesta que esperan. No obstante, Patrimonio lo considera un proyecto global y ve preceptivo el informe arqueológico.
En las aceras se está realizando una actuación para hacerlas accesibles, lo que supone su demolición, excavar hasta localizar las arquetas y reconstruirlas.
Patrimonio ya tuvo que intervenir en enero en esa vía cuando ordenó paralizar la obra porque suponía cubrir de hormigón o levantar el empedrado, que figuraba protegido en el catálogo y el plan del centro histórico. Tras unas semanas de interrupción, autorizó el proyecto. No obstante, los cuatro grupos de la oposición forzaron a que se ejecutara una intervención más suave para tratar de preservar el adoquinado.
