La asociación protectora el rebrot de la Vida de Catarroja —una de las entidades animalistas que opera enb la ciudad— está realizando el seguimiento del perro al que su dueño hizo matar un gato en la calle. La socia Datxu Peris, que también es concejala en el consistorio por la plataforma Guanyar Catarroja, se desplazó a Sollada, donde están las instalaciones de la empresa encargada de la recogida de animales en la población y que se hizo cargo del can tras detener a su dueño.
Aunque esperaba encontrarse un perro «extremadamente agresivo», como había transmitido la empresa tanto al consistorio como a la propia Mancomunitat, Peris asegura que el animal es «totalmente dócil, cariñoso y está en una jaula con otros perros sin generar problemas». De hecho, la animalista indica que estuvo «jugando con él» e incluso le dio «varios premios —golosinas especiales para perros— directamente en la boca».
«Por los datos que tenemos de la policía, el hombre estaba torturando al gato y se lo ofreció medio muerto. Al ser un perro de una raza de presa, lo tomó como un juego», indica Peris. Por ello, el Rebrot de la Vida ha solicitado al consistorio que impida que el propietario vuelva a recuperar al animal «ya que lo ha intentado al menos una vez viajando hasta Sollana pero se le ha denegado», puesto que «no está capacitado para tenerlo y además el perro no lleva ningún tipo de chip».
La protectora considera que el can puede ser adoptado «perfectamente» por una familia. Por ello, Datxu Peris indica que esperarán a que acabe el proceso judicial para iniciar una campaña que posibilite su adopción y su socialización.
Can que mordió a varias personas
La confusión sobre el perro y su supuesto carácter agresivo se ha producido porque en los días anteriores la misma empresa rescató un can «muy violento» en la calle, que mordió a una vecina, a un policía local y a uno de los operarios de esta firma. De hecho, ese can está también en el refugio de Sollana, aislado en una jaula, donde «ha sido imposible hasta comprobar si tiene chip». Le fue requisado a un menor, después de que hubiera mordido a una vecina en la calle.
La concejala comprobó que efectivamente «se trata de un perro agresivo» y ante la alternativa de sacrificarlo que propone la empresa, el Rebrot de la Vida ha propuesto que dejen que un educador canino visite, al menos una vez, la instalación y «vea el estado en que se encuentra y si es recuperable». La asociación animalista se compromete a emprender una campaña para conseguir los fondos para pagar al educador y, si se puede corregir su carácter, pagarle una residencia donde pueda estar en el futuro.
