Pese a que algunos de los alcaldes han rechazado los fotorrojos que tienen instalados en sus calles —Jesús Monzó, primer edil de Catarroja, es el que públicamente más se ha mostrado en contra del sistema que heredó de Soledad Ramón (PP)— las cámaras siguen registrando un goteo de conductores sancionados dejando unos suculentos ingresos para las arcas municipales. Cabe recordar que la concesionaria percibe el 20% de cada multa.
Desde que se puso en marcha el sistema en junio de 2015, los fotorrojos han cazado a 41.747 conductores, lo que se traduce en unos ingresos globales de más de 2,5 millones de euros.
Catarroja lidera multas e ingresos
La oscilación de multas y dinero recaudado por la Mancomunitat y que transfiere a cada ayuntamiento es a la baja. Entre julio y diciembre de 2015 se cazaron a 21.115 conductores y se ingresaron 1,23 millones. En cambio, en el mismo periodo de 2016, las sanciones caen hasta las 5.668. También descienden los ingresos: 661.000 euros. De hecho, si en siete meses de 2015 se cifraron 29.154 infracciones, en todo el pasado año no pasaron de las 12.593, con unos ingresos que superan los 1,2 millones de euros.
Por municipios, Catarroja, con seis cámaras en sus semáforos, es el que mayor número de multas registra con 20. 324, más de 13.200 en los últimos siete meses de 2015. El municipio que dirige Jesús Monzó ha ingresado más de 1,1 millones de euros. El segundo municipio con más sanciones es Sedaví con 9.576, 6.800 en 2015, mientras que los ingresos para las cuentas municipales superan los 633.000 euros.
Los otros tres municipios con fotorrojos presentan los siguientes números, desde que el sistema se puso en marcha en junio de 2015 y hasta finales del pasado año: Massanassa, 5.742 sanciones y 365.744 euros; Picanya, 4.269 multas y más de 300.000 euros de ingresos;Beniparell, 1.151 infracciones y 76.184 euros.
