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Albal

La gestora de un polideportivo demanda al consistorio por las pérdidas que le causa el otro

La concesionaria del complejo de Santa Ana amenaza con no abrir la piscina de verano si el Ayuntamiento de Albal no acomete su reparación

Estado en el que se encuentra la piscina de S. Ana. c. l.

Otra concesión de una instalación deportiva municipal que acaba en los juzgados. Y no será la última. En este caso ha ocurrido en Albal. La gestora que explota el complejo de Santa Ana, desde su apertura en 2006, ha presentado un contencioso administrativo en el que le reclama al ayuntamiento que le aporte las subvenciones necesarias para mantener el equilibrio económico del contrato que ambos formalizaron. El detonante de las pérdidas, alega la concesionaria, fue la inauguración de otro complejo municipal en 2011 en pleno caso urbano.

Corría el año 2006 cuando la mercantil que dirige Ricardo Blasco inició la explotación de las instalaciones del Polideportivo Municipal de Santa Ana para los próximos 25 años. La concesionaria acometió obras por su cuenta, como contemplaba el pliego, que superan los 700.000 para poner césped artificial en el campo de fútbol y construir pistas de pádel, tenis y frontón. El bar está arrendado y la piscina es municipal.

Según cuenta Blasco, el ayuntamiento aporta únicamente 12.000 euros anuales por las 2.400 horas para que escolares y clubes locales disfruten de las instalaciones. El resto de ingresos salen del alquiler de pistas. «Todo funcionaba más o menos bien hasta la inauguración en 2011 del complejo de La Balaguera», asegura el gestor de Santa Ana.

El polideportivo La balaguera también es de carácter municipal tras un inversión superior a los 5 millones de euros. Lo explota una empresa que también percibe una subvención municipal por las horas de uso de niños. Su ubicación permite acudir andando, mientras que a Santa Ana se necesita el coche para subir hasta el entorno de la ermita. «La apertura de la Balaguera ha causado una drástica e inesperada reducción de usuarios a Santa Ana, y con ello un descenso de ingresos respecto a las previsiones del estudio económico que en su día elaboró el ayuntamiento como en la oferta presentada por la adjudicataria», asegura el escrito presentado por la empresa, que afirma que «esta desviación decisivamente sobre la economía del contrato ha impactado hasta el punto de no poder garantizarse la continuidad de la explotación».

La firma de Blasco presenta datos para argumentar sus quejas. Según el estudio de viabilidad municipal, los ingresos netos estimados en 2012 serían de 198.802 euros; 204.766 en 2013, 210.909 euros en 2014 y 217.236 en 2015. Por contra, sus cuentas reflejan unas ganancias netas de 198.058 euros (2012), 120.958 (2013), 147.632 (2014) y 133.382 (2015). Así el resultado neto del estudio de viabilidad del pliego rondaba los 40.000 euros en el periodo 2012-2015, mientras que la concesionaria presenta unas pérdidas netas de 230.000 euros. «Este desfase no es un descenso puntual o coyuntural, sino que se produce sin solución de continuidad desde la puesta en marcha de La Balaguera», que califica de «circunstancia imprevisible» no reflejada cuando accedió al concurso público años atrás.

Por este motivo, recuerda que el contrato contempla el equilibrio económico mediante «modificación de tarifas» o «otorgamiento de subvenciones». Así, rechaza la primera opción porque «aumentaría el déficit dado que el problema estriba en la disminución de usuarios» y se decanta por solicitar «una subvención que permita alcanzar una cobertura similar a la prevista en el estudio de viabilidad aprobado por el ayuntamiento».

Por otro lado, la concesionaria de Santa Ana ha asegurado que este verano no abrirá la piscina de verano, entre el 15 de junio y el 15 de septiembre, si el ayuntamiento no acomete una profunda reparación del vaso. Blasco explica que los tres meses del pasado año «fueron muy difíciles. Ha ido cediendo y se filtra la tierra y vuelve el agua turbia. Tuve que vaciarla seis veces, tenía dos robots funcionando al mismo tiempo y, aun así, los usuarios presentaron varias quejas por el estado del agua. Este año no volverá a pasar, si no la arreglan y la dejan en condiciones, estará cerrada». La piscina es del ayuntamiento aunque el mantenimiento corresponde a la gestora, «pero una obra de esa envergadura corresponde al consistorio», dice Blasco.

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