Aunque el municipio donde se da comertura al mayor número de usuarios es, con diferencia, Paterna, la experiencia implantada en la capital de l'Horta Nord no es nueva en la comarca sino que existe desde hace años en municipios como Picassent o Albal, donde incluso la complementan con otras ayudas.
En Picassent, el servicio nació hace cinco años y actualmente da cobertura mensual con él a unas 40 familias, a las que se concede durante un año y luego se revisa. Según el concejal de Bienestar Social, Carles Silla, las ayudas van destinadas a familias con recursos por debajo de los 600 euros, lo que coincide con los baremos que marca la conselleria para los Servicios Sociales. La medida consiste en entregarles unos cheques con una determinada cantidad (40 euros mensuales para una sola persona y 120 para una familia de cuatro miembros) que pueden canjearlos por productos frescos de alimentación en el supermercado concertado con el consistorio. «Para productos enlatados u otros de primera necesidad ya tenemos el economato de Cáritas, al que subvencionamos con 30.000 euros al año», informa el edil. La alcaldesa, Conxa García, explica que el programa de ayuda alimentaria es «uno de los más importantes» con las diferentes acciones que se realizan.
Por su parte, en Albal el servicio se implantó en mayo de 2013 dentro de un amplio paquete de medias contra la exclusión social. La tarjeta se entrega a familias con ingresos cero y en este momento son unas 25 las usuarias. Respecto a las cantidades que se otorgan, también varían según el número de integrantes de la unidad familiar, ya que van desde los 40 a los 80 euros, según informan fuentes municipales. Las familias pueden acudir al supermercado concertado a cambiar estas cantidades por alimentos.
Y el último municipio donde se ha implantado el sistema es en Silla, por iniciativa del gobierno cuatripartito, hace apenas unas semanas, como ya informó Levante-EMV. En este caso, en el poco tiempo de funcionamiento que lleva, el consistorio ya ha otorgado una veintena de tarjetas a familias que tienen asignadas al mes cantidades económicas que van desde los 100 los 200 euros, según el número de miembros. «Este sistema permite preservar su intimidad. Lo están pasando mal y les cuesta ir a Cáritas. De esta forma, dignificamos la ayuda», explica el alcalde socialista Vicente Zaragozà-
