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Una hora para ir de Xirivella a Picanya en transporte público

El trayecto entre ambos municipios que son limítrofes es de 20 minutos a pie pero se triplica en transporte público - La plataforma de entidades vecinales de la zona reclama mejor servicio de autobuses y más frecuencia de paso de trenes

Una hora para ir de Xirivella a Picanya en transporte público

Cuatro kilómetros separan Xirivella y Picanya. Las dos poblaciones lindan y están separadas únicamente por un polígono industrial. Ir caminando por la huerta del primer municipio al segundo cuesta alrededor de 20 minutos; desplazarse en transporte público conlleva una hora. José Luis Sanz y Paco Magro, representantes de la Plataforma pel Transport Públic de l'Hort Sud (que agrupa a entidades de Xirivella, Aldaia, Alaquàs, Barri del Crist y Mislata) hicieron ayer la prueba y Levante-EMV les acompañó en el trayecto.

La salida de Xirivella

Aunque hay dos formas de llegar hasta Picanya desde Xirivella (autobús o tren»), los colectivos eligen la segunda. La estación de cercanías de Xirivella está desierta. Solo una trabajadora custodia el espacio a las 10:50 horas de la mañana. Cada billete cuesta 1,80 euros cada billete, pagamos y nos sentamos en un banco y esperamos la llegada del tren. Aparecen dos personas más y después, una tercera.

Las conexiones en transporte público entre Xirivella, Aldaia y Alaquàs y las poblaciones vecinas son costosas. Sanz y Magro llevan 30 años trabajando para mejorar el sistema de movibilidad público. Conscientes de que la posibilidad de inaugurar una estación de metro -al menos a corto plazo- en sus poblaciones es escasa, la Plataforma pide un tren que sea eficaz y una mejora en las líneas de autobuses que incorpore más frecuencias y un buen precio acorde con los bonos que se ofrecen en la ciudad de València. «Necesitamos que el abanico de bonos se ajuste a todo tipo de población. Si es de 10 viajes, cuesta más caro que en València y si es mensual, no compensa a aquellos que viajan en autobús ocasionalmente».

«El transporte público se ha desatendido totalmente», afirman ambos. Alegan que el factor competitivo tiene algo que ver. «En València y en otras poblaciones que cuentan con metro, autobús e incluso tren, las empresas de transporte se ven ´obligadas´ a competir por ´ganar´ en el máximo de usuarios. Aquí no. No hay competencia, las empresas saben que pueden no ampliar horario porque los ciudadanos que hacen uso transporte público no tienen más remedio».

Veinte minutos de espera al tren

11:20 de la mañana. Tras 20 minutos de espera en el andén, el tren para en la estación de Xirivella. «Vivo en València pero cojo el cercanías para venir a Xirivella, tengo clase aquí y es el trayecto que mejor me viene», explica Esmeralda Monzonís, una usuaria. «Encuentro que hay muy poca frecuencia en las horas puntas. Yo subo al tren a las ocho de la mañana y no hay tanta actividad como debería», opina.

Transbordo en Sant Isidre

Diez minutos después -de los cuales cinco han sido de parón mientras esperábamos que el tren de enfrente pasara por las vías-son las 11:30 y llegamos a Sant Isidre. En el camino hacia Picanya, hacemos transbordo en esta estación para coger el servicio de metro que para en el municipio. Diez minutos más y 2,10 euros cada ticket, viajamos de la zona A a la B. Sólo tres estaciones nos separan ahora de nuestro destino. València Sud, Paiporta y por fin... «Próxima parada...Picanya».

La llegada al destino

Son las 11:46, ha pasado una hora entre andenes y vagones y nosotros -que no tenemos bono y que sólo existe para el metro y los autobuses metropolitanos pero no para el tren- hemos gastado 3, 90 euros en billetes. A la vuelta, nos costará lo mismo, es decir,el viaje completo costará 7,80 euros para aquellos que hagan el mismo itinerario.

«Vivimos metidos en una jaula», opina José Sánchez Martínez, vecino y expresidente de la asociación de vecinos San Ramón y Monte de piedad.

«Nosotros pedimos que el servicio del que disponemos sea eficaz y que se mejore el funcionamiento del autobús, que es el transporte público principal en los municipios», apuntan Sanz y Magro. Entre dos líneas de metro se divisa un espacio en el mapa. Un espacio en el que caben tres municipios. Xirivella, Aldaia y Alaquàs.

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