En la misma situación se encuentra Picassent, aunque el consistorio ha vuelto al juzgado. La Emshi aprobó los presupuestos para 2017, y no recogía los 957.000 euros de canon para ambos pueblos. Además de presentar alegaciones contra la nueva compensación de un euro, el consistorio picasentino ha acudido al juzgado para reclamar que las cuentas incluyan los casi 500.000 euros que debería percibir este ejercicio, en base al acuerdo de 2006.
El presidente de la Emshi, Vicent Sarrià, puntualiza que en «un primer momento se pensó en compensarles con un euro, pero ahora se ha establecido un sistema objetivo basado en determinados casos concretos de externalización negativa». El concejal de València desgrana que «hay que cuantificar esas externalidades negativas y justificarlas» y apunta que «cada vez que se realice un proyecto de obras en las potabilizadoras afectadas se reflejará la afección negativa que le produce al municipio». Así, todas estas cuestiones técnicas corresponden a los técnicos de ka cátedra del agua del Ayuntamiento de València, «y por el momento, cuestionan que existan externalidades negativas para los dos pueblos», advierte Sarrià. Picassent y Manises han alegado contra este nuevo sistema.
Por su parte, la alcaldesa de Picassent Conxa García acusa a la Emshi de «contradicciones» y «querer hacer lavados de cara. Saben, como dice el juez, que deben compensarnos y no pueden querer hacerlo pagando mejoras en unas instalaciones que son suyas, deben hacerlo con actuaciones que beneficien a nuestros vecinos», advierte.
