La histórica rivalidad entre Alaquàs y Aldaia, como sucede con otros municipios que lindan entre sí, no es un hecho reciente ni se remonta al siglo XX. El hallazgo de dos nuevos documentos en el archivo del Patriarca, sobre el señorío de Alaquàs ha permitido conocer que ya en el siglo XV existió más de un pleito territorial.
El investigador Adrià Hernández, que lleva cinco años dedicado a ahondar en todo el entramado de las familias que regentaron Alaquàs, las tierras del señorío y el Castell, ha localizado dos protocolos del notario Bertomeu de Carries de 1475 y 1494 que documentan capítulos de la pugna.
En 1475, los problemas del agua de la acequia de Benàger y Fainatar llevaron a los representantes de Alaquàs a pedir un arbitraje. Según la investigación de Hernández, en aquel caso se vieron inmersos el señor de Manises, Pere Boil; el fraile del Cister Lluis Pons, en nombre de Aldaia; fray Raimon Císcar, comendador de Torrent; Berenguer Vives de Boil, señor de Xirivella; Joan Rabassa de Perellós, señor de Benetússer; Jaume García de Aguilar, señor de Alaquàs; Jaume Monçó, procurador de Quart, y Pere Ferrer, representante de los herederos de València. La petición se realizó para evitar «escàndols, odis i rancors».
Otro documento localizado tiene como protagonista a la entonces señora de Alaquàs, Margarida de les Velles i d'Aguilar, viuda del Misser Jaume Garcia de Aguilar. La mujer, originaria de Pisa e hija de mercaderes, estaba acostumbraba a negociar y pleitear, según Hernández, y tuvo la osadía de enfrentarse al Monestir de Poblet. En concreto, en 1494 pidió arbitraje, con el fraile Antoni Buada, mayoral de Quart y representante de Poblet (propietario Quart y Aldaia), para reclamar como propios los terrenos situados entre el «Camí Reial de València», actual avenida de Miguel Hernández, y el barranco de la Saleta, que en el documente aparece como «corredor de les aygues». Sobre el asunto, el representante de Poblet manifestaba que eran de Quart y Aldaia. Desde diciembre de 1494 hasta octubre del año siguiente, los árbitros no lograron un actuerdo. «La realidad es que Alaquàs tiene con Aldaia una delimitación por el norte muy extraña», indica Hernández. Aunque algunas de esas tierras actualmente son de Alaquàs, se desconoce si fue el resultado de aquel proceso.
También Margarida de les Velles dejó huella de su marcada personalidad en el arrendamiento que en el año 1481 hizo del hostal de Alaquàs, con la condición de que no hubiera en el negocio ni prostitución ni juego. El contrato recoge textualmente que «no hi hajen dones meretrius ni altres males dones (...) i no permetre joc algú, ni tan sols, el joc de la Runfla», un juego famoso en la época. El investigador atribuye estos requisitos a la profunda religiosidad de la señora y de su marido, el Misser Jaume Garcia de Aguilar.
