Fue la conselleria de Industria la que realizó una inspección en el ascensor siniestrado y determinó que el elevador sufrió una rotura del eje del grupo tractor. Encargó a la empresa que instaló el ascensor un estudio detallado de las causas del desplome que realice un laboratorio externo para saber si fue por un fallo del motor o por un problema de sobreesfuerzo. A la vez, precintó dos ascensores del mismo modelo que el
siniestrado en Manises y determinó que eran tres las empresas que instalaban este modelo de elevador, para paralizar los ascensores en el caso de que el estudio determinase la existencia de una pieza defectuosa.
Industria ha confirmado a Levante-EMV que ese estudio ha concluido que no hay causa-efecto en un modelo de eje largo para que el ascensor caiga. «Este tipo de eje lo fabrican muchos fabricantes y se instala en todo el mundo. Lo que si constatamos es que este eje tiene un diseño menos robusto que implica un mantenimiento más exhaustivo», señalan.
Tras constatar que no había fallos mecánicos por deficiencias de alguna de las piezas, Industria se limitó a comunicar a las empresas que hicieran revisiones más a menudo. Desde Industria enviaron una carta a las empresas de mantenimiento de ascensores explicando este proceso e instando a que para mantener la seguridad de las instalaciones «se deben hacer controles con más frecuencia».
Unas medidas que dejan totalmente insatisfechos a los vecinos, que ya en su día mostraron de la desconfianza de la inspección realizada por Industria, ante la negativa de los técnicos a levantar un acta en el lugar e incluir en ella la existencia de guías dobladas o pastillas de deslizamiento desgastadas de forma irregular, denunciando un cierto compadreo con la empresa de mantenimiento.
