Rusia declaró ayer que las nuevas sanciones internacionales contra Irán aprobadas la víspera por el Consejo de Seguridad de la ONU no le impiden cumplir el contrato de venta a Teherán de baterías de sistemas antiaéreos con misiles S-300.

"Los sistemas de defensa antiaérea, a excepción de los misiles portátiles, no entran en la lista de la ONU relativa a las armas convencionales", aseguró el portavoz del ministerio ruso de Asuntos Exteriores, Andréi Nesterenko.

Aunque la resolución aprobada el miércoles en la ONU con el visto bueno de Rusia prohíbe entregar a Irán varios tipos de armamentos, incluidos sistemas de misiles, Nesterenko subrayó que el documento no es extensivo a los S-300 por ser éstos un sistema exclusívamente defensivo.

Los S-300, similares a los Patriot estadounidenses, pueden seguir y abatir varios blancos simultáneamente a alturas de hasta 27 kilómetros, con un alcance de 200 kilómetros, por lo que permitirían, según algunos expertos, a Irán defenderse con eficacia en caso de un ataque aéreo israelí.

Cinco baterías por 800 millones

Al tiempo, el diplomático eludió precisar si Moscú cumplirá el contrato de 2007 para la venta a Irán de cinco baterías S-300 por 800 millones de dólares, que Rusia, según la prensa, ya había congelado por motivos políticos en medio de la nueva etapa de sus relaciones con EE UU, pese al gran descontento del régimen iraní.

"Sobre este asunto, probablemente, deberían pronunciarse nuestro departamento militar y las estructuras responsables del suministro de armamentos a otros países", dijo el portavoz de la cancillería.

El director del Servicio Federal de Cooperación Militar (SFCM), Mijaíl Dmitriev, afirmó, por su parte, que la nueva resolución no impide la entrega de esos sistemas de misiles antiaéreos al ejército iraní.

"En lo relativo a los suministros de S-300 a Irán, Rusia no se ve maniatada de ninguna forma por la resolución del Consejo de Seguridad de la ONU, seguimos trabajando en este contrato", aseguró Dmitriev a la agencia oficial rusa Itar-Tass. Agregó que "la resolución deja un amplio margen para la cooperación militar" ruso-iraní, pues "las restricciones impuestas solo tienen que ver con las armas ofensivas".

"Quedan muchos asuntos en los que seguiremos trabajando con Irán", aseguró Dmitriev.

Protestas en Washington

En Washington, mientras tanto, un senador republicano, Jon Kyl, criticó ayer que la resolución del miércoles excluya a los misiles S-300 y la construcción por parte de Rusia de la centra nuclear de Bushehr.

Por su parte, Rusia ha tratado de rebajar las sucesivas rondas de sanciones, asegurando que los castigos contra Teherán no han surgido efecto, pero Moscú está consternado por el fracaso del régimen iraní en dar detalles completos al Organismo Internacional de la Energía Atómica (OIEA) y a la comunidad internacional sobre su programa atómico, a la vez que exige al Gobierno de Irán que muestre algún tipo de cooperación.