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Las obras del nuevo puerto ciegan desagües en Xàbia

Un aguacero de 52 l/m2 obliga a cortar cuatro viales en Dénia, complica la entrada a los colegios y anega por tercera vez el Grupo San Andrés

Las obras del nuevo puerto ciegan desagües en Xàbia

Los vecinos de la playa del Arenal de Xàbia miran con un ojo el cielo y con el otro las obras del nuevo puerto deportivo de 300 amarres. Estos trabajos, que comenzaron la pasada semana, ya han desmantelado un tramo del viejo muelle del canal de la Fontana. Los residentes el pasado viernes advirtieron a la empresa que lleva a cabo las obras de que había cegado los desagües de los pluviales que evitan que, cuando llueve con fuerza, se anegue la avenida de la Fontana, que es una de las arterias principales del núcleo urbano y turístico del Arenal.

Los vecinos avisaron al ayuntamiento de que las tuberías habían quedado tapadas. Temen que arrecie la lluvia y la avenida se inunde como antaño, cuando se acumulaba medio metro de agua, que también entraba en plantas bajas, comercios y garajes. Ayer hizo amago de llover con intensidad, pero el chaparrón se quedó al otro lado del Montgó, en Dénia. Los residentes reclaman al consistorio que obligue a la empresa a abrir cuanto antes los desagües ahora obstruidos con piedras y tierra.

Mientras, Dénia sí despertó ayer con el agua al cuello. El aguacero que cayó de madrugada y a primera hora de la mañana dejó un pico de 52 litros por metro cuadrado. La policía local tuvo que cortar el Camí del Llavador (está junto al instituto Maria Ibars), el vial de la playa de la Marineta Cassiana y tramos del Camí de la Bota y del Camí de Gandia. Desde la primera borrasca de septiembre, estos viales se han inundado ya tres veces. La calle del Grupo de San Andrés (son antiguas viviendas de protección oficial), que está a una cota muy baja, también volvió a anegarse. Igualmente, es la tercera vez en los últimos dos meses que esta zona de Dénia se inunda. La entrada a los institutos y colegios fue complicada. Pero las clases no se suspendieron. Pasado ese momento crítico de primera hora de la mañana, la lluvia se transformó en sirimiri. Los viales se abrieron a media mañana.

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