El pacto de progreso de Alcalalí es el segundo de la Marina Alta tras el de Gata que salta por los aires. Pero lo ha hecho con más estruendo. En la junta de gobierno del miércoles, Compromís, que tiene tres ediles, y el único concejal del PSPV, Bernardo Ferrer, dieron por roto el acuerdo de gobierno. La alcaldesa, la valencianista Maribel Molina, se queda en minoría, dado que el PP, en la oposición, tiene cuatro ediles. Sí mantiene el apoyo del único edil de Esquerra Unida, Francisco Costa, quien también es alcalde de la entidad local menor de la Llosa de Camatxo.

Además, la alcaldía podría estar en el aire. El edil socialista indicó a este diario que no descarta llegar a acuerdos con el PP, aunque matizó que este partido debería renovarse. No quiso pronunciarse sobre una eventual moción de censura. Bernardo Ferrer, eso sí, subrayó que de sus hasta ahora socios de Compromís le separa un abismo ideológico. «Están haciendo una política catalanista que yo no comparto. La alcaldesa tiene en su despacho la bandera catalana y un cartel de Compromís. La bandera de España la ha puesto en un rincón», declaró a este diario.

Mientras, Maribel Molina dio por hecho que el socialista ya ha movido los hilos de una posible moción de censura. Dijo que tanto ella como los otros dos concejales de Compromís han tenido conocimiento de que Bernardo Ferrer «les ha dicho a los trabajadores municipales que va a pactar con el PP y que él será el nuevo alcalde». «En las últimas semanas, hemos visto cosas raras», precisó ayer la munícipe.

La alcaldesa explicó que en la junta de gobierno pidieron a Ferrer, que es primer teniente de alcalde, explicaciones sobre sus negociaciones con el PP. La reunión, coincidieron ambas partes, acabó como el rosario de la aurora. Los ediles de Compromís reprocharon a su socio que no podían gobernar con alguien que les estaba haciendo la cama con los populares. Mientras, Bernardo Ferrer expuso sus discrepancias ideológicas con sus hasta ahora compañeros de gobierno y les recriminó que, desde el primer día del pacto, se ha sentido ninguneado.

«No puede ser que me oculten que van a una reunión a Dénia de la diputación sobre ayudas de turismo. Yo soy el concejal de Turismo», indicó ayer Ferrer. Este edil tiene las delegaciones de Turismo, Medio Ambiente y Mantenimiento. El socialista admitió que nunca se ha sentido a gusto en el pacto. «Y lo que no voy a hacer es seguir con ellos para que se cuelguen todas las medallas y luego tengan mayoría absoluta», afirmó, al tiempo que denunciaba que lo han «marginado».

Aunque el pacto está roto, ayer ni la alcaldesa había retirado todavía las delegaciones al portavoz socialista ni éste había renunciado a ellas.

Alcalalí es un pueblo de la Vall de Pop de 1.300 habitantes. José Vicente Marco, del PP, mantuvo la alcaldía desde 2003 hasta las últimas elecciones, cuando, aunque fue el candidato más votado, se vio relegado a la oposición por el pacto de Compromís, PSPV y EU. Ese pacto salta ahora por los aires.