La gastronomía es el tren de la Marina Alta. Ondara, con su Fira amb els cinc sentits, se convirtió este fin de semana en la locomotora a la que se engancharon todos los pueblos con sus propuestas culinarias. El Verger llevó l'esmorzà; el Poble Nou de Benitatxell, la festa de la fava y el zumo de moscatel; la Vall de Gallinera, la festa de la cirera; Gata, el berenaret de Pasqua; la Vall del Pop, los pastissets; Xàbia, su cocina marinera? Dénia, mientras, promocionó sus jornadas del arròs a banda (la próxima edición dará protagonismo a la variedad recuperada del arroz bombón de Pego) e involucró a toda la comarca en ese ilusionante proyecto de la Ciudad Creativa de la Gastronomía de la Unesco. La Marina Alta, una tierra de turismo, playas, paisajes y cultura, conquista por el estómago. La Unesco no ha podido resistirse.

La feria de Ondara traslució la buena sintonía que hay entre alcaldes y concejales. Hacen buenas migas. En cuestiones culinarias, sin duda.

Además, se rindió homenaje a una cocinera que ha elevado en los últimos años el nivel de la gastronomía de la comarca. Ella lleva en los fogones muchos años. Es Pepa Romans, de Casa Pepa. Cuenta con una estrella Michelin y es uno de los referentes de la cocina autóctona de la Marina Alta. Representa la importancia de la mujer en la gastronomía comarcal. Ese papel nunca se destacará bastante. Ellas han mantenido las esencias de una gastronomía reconocida por la Unesco.