El gobierno local de Pedreguer, de Compromís, no ha hecho amigos con la consulta convocada para enero para decidir si suprime o no el bou embolat y el encaixonat. Las críticas le llegan a derecha e izquierda.

La CUP, que tiene dos ediles, sostuvo ayer que «no es cierto» que el gobierno local haya consensuado la consulta. Considera «demasiado alto»el censo mínimo de participación, del 25 % (1.627 personas), que se ha establecido para dar por buena la votación. También advierte de que prácticamente todas las partes pidieron que se votara sólo en urnas, lo que el gobierno local ha descartado. La CUP cree importante que Compromís revele su opinión sobre estas modalidades de los bous al carrer e infiere que con la consulta elude posicionarse.