Las pediatras Mónica Bonora y Silvana Pintos volvieron a coger ayer en sus brazos a Valentina e Isabella. El pasado 1 de noviembre estas niñas, las «gemelas milagro» de Xàbia, nacieron prematuramente en el centro de salud, las dos doctoras se las acurrucaron en el pecho. Y las llevaron así, transmitiéndoles su calor corporal, en la ambulancia que las trasladó al hospital de Dénia. Entonces las niñas pesaban 700 gramos. Su madre, Arlene, dio a luz con mucho adelanto. Las pequeñas vinieron al mundo seismesinas y tras solo 26 semanas de gestación cuando lo habitual es entre 37 y 40. Ayer, las pediatras ya las vieron un más creciditas. Tienen cuatro meses y medio. Valentina pesa 3.3 kilos e Isabella, 3,1.

Sus padres, Craig y Arlene, acudieron con sus hijas al centro de salud de Xàbia a dar las gracias a estas dos doctoras y a la matrona que asistió el parto, Ana Vico. Aquel día todo fue correr. La madre, que salía de cuentas el 4 de febrero, se puso de parto repentinamente. La ambulancia no llegaba al hospital (estos alumbramientos al ser gemelares y de riesgo entrañan un gran riesgo y suelen realizar en quirófano). Las pequeñas vinieron al mundo en el centro de salud.

«Fue algo totalmente excepcional», afirmó Bonora. «En un curso de partos prematuros en Valencia, hablamos de éste, el de las «gemelas milagro» de Xàbia», apuntó la matrona.

Los padres le regalaron a cada doctora un ramo de flores y les dieron las gracias. «Os estaremos siempre agradecidos. Salvasteis la vida de nuestras hijas. Tuvimos mucha suerte de que estuvierais aquí», afirmó Craig.

«Nunca lo olvidaremos», dijo Arlene. Y las doctoras le contestaron que ellas, desde luego, tampoco.

Las niñas estaban tranquilísimas en los brazos de las pediatras. Tras nacer, permanecieron ingresadas en el Hospital General de Alicante hasta primeros de febrero. Sus padres alquilaron un apartamento en esa ciudad para estar cerca de las pequeñas. «Me sorprendió todos los mensajes de apoyo que recibimos. Fue increíble», dijo ayer Craig. «La gente de Xàbia nos ha demostrado que es maravillosa», añadió la madre.

Los padres están orgullosísimos de sus niñas. Todos los médicos coincidieron en que las pequeñas se agarraron con fuerza a la vida. «Son unas luchadoras. Los doctores de Alicante nos dijeron que, desde el primer momento, querían comer y respirar, querían vivir», explicó Arlene.