El 13 de noviembre de 1611 llegaron a Benissa los primeros frailes franciscanos. «Los benisseros se desvivieron para atenderlos en sus casas», cuenta Joan Josep Cardona en su libro sobre el convento de la Puríssima Concepció y la presencia de los franciscanos en el municipio. Esa presencia ha llegado a su fin. Los últimos cuatro frailes dejarán el convento en septiembre. El ministro provincial de la orden, Juan Carlos Moya, lo confirmó el domingo ante más de doscientos vecinos que, preocupados por el hasta entonces secreto a voces de que se cerraba el convento, acudieron a escuchar las explicaciones del cargo de la orden de los franciscanos.

Moya dibujó un presente descorazonador para las congregaciones religiosas. «Vivimos tiempos de secularización de la fe y parece que se ha avivado el anticlericalismo», sostuvo.

Al hablar de los franciscanos, fue muy claro. «Nos estamos muriendo», afirmó. Explicó que en las siete provincias franciscanas que se unieron en 2015 quedan 350 frailes. En los últimos dos años, han fallecido 48 y han entrado 6 jóvenes de los que cuatro se han salido. «Y en lo tocante a este convento, quedan cuatro frailes y dos están muy mayores».

El ministro provincial dejó muy claro que no hay marcha atrás en el cierre del convento, que se producirá en septiembre. También recalcó que no se realizarán ya misas en la iglesia conventual. Los últimos cuatro franciscanos se van. Reveló que el padre Llorca, que atiende desde hace años la parroquia de Senija, «me pidió hace un par de meses dejar esa tarea».

«Les pido que recen por nosotros porque lo necesitamos», apuntó, y mostró su añoranza por esos tiempos «en los que llegaba los niños que luego serían frailes (los franciscanos tenían un seminario en Benissa) y lo vecinos los cuidaban, les lavaban la ropa y les daban su cariño». «Sentimos un agradecimiento muy fuerte por este pueblo».

«Los frailes se van, pero los franciscanos se quedan», dijo Moya en referencia a que la orden franciscana seglar seguirá presente en Benissa.

El gobierno local (Reiniciem, PSPV y Compromís) quiere acordar con los franciscanos alguna fórmula para que el convento, que está declarado Bien de Interés Cultural (BIC), siga abierto o al menos mantenga algún régimen de visitas.

El cenobio atesora, además, un gran valor artístico e histórico. Su primera piedra se puso en el 15 de julio de 1612. Se terminó de construir el 23 de septiembre de 1613. La influencia de los franciscanos en la sociedad y la cultura de Benissa es incontestable. La vida conventual sólo se suspendió durante la Guerra del Francés (de la Independencia), la desamortización y la Guerra Civil. Ahora esa historia de más de 400 años llega a su fin.

Los cuatro últimos franciscanos han luchado lo que han podido, pero la edad no perdona. En septiembre, dirán adiós a la que ha sido su casa.