Extensas zonas del parque natural del Marjal de Pego-Oliva siguen sufriendo la contaminación por plomo, un metal pesado extremadamente tóxico, debido al uso indiscriminado que, durante décadas, llevaron a cabo los cazadores. El plomo, ahora ya prohibido, se usaba para elaborar la munición y, pese a que actualmente ya está prohibido, toneladas de ese material han quedado en el suelo de una de las zonas húmedas más importantes del Mediterráneo.

El estudio dado a conocer ahora ha sido realizado por un equipo de Primero de Bachillerato de Ciencias del colegio San José de la Montaña de Oliva y ha merecido el primer premio de la Fundación Endesa Eco Innovación Educativa.Entre otras actividades, y en colaboración con la dirección del parque natural, desde la pasada Navidad al mes de junio se llevaron a cabo pruebas sobre el sedimento del humedal con el fin de determinar el plomo que queda como residuo. Para ello se usaron tubos de PVC con los que se extraía el material depositado en el fondo. El análisis posterior determinó que en el 54% de los puntos existían concentraciones de plomo, lo que evidencia esta contaminación. Aunque no es peligroso para la población, sí podría tener efectos perjudiciales sobre la fauna pues las aves que allí viven engullen parte de esos sedimentos, que pasan a su organismo.

Además, a pesar de que el plomo ya está prohibido, los alumnos han hallado vainas de cartuchos usados recientemente que aún son de ese material.