Los temporales de las últimas semanas han formado un gran tapón de Posidonia en la desembocadura del río Girona, en Dénia. Los restos de esta planta marina obstruyen el último tramo del río. La Posidonia acumulada se cuenta por toneladas.

El tapón en la desembocadura es consecuencia de que el mar arrastra los restos vegetales a las playas y el río, por la escasez de lluvias (hoy sí cae sirimiri), no ha bajado con agua. Las crecidas desatascan el tramo final del cauce. Lo habitual es que el Girona arrastre cañas al mar. Pero ahora ocurre lo contrario: es el mar el que introduce la Posidonia en el río. La prolongada sequía deja imágenes curiosas.