Las entidades financieras españolas han enterrado el hacha de guerra. Están en paz y han dejado atrás los tiempos nada lejanos en que peleaban por ver quién daba una remuneración más alta en los depósitos a plazo. Un rápido recorrido por las ofertas en boga contenidas en los portales financieros dejan bien claro que, a excepción de algún banco extranjero, difícilmente un ahorrador pequeño o mediano va a encontrar una entidad que le ofrezca una rentabilidad superior al 2 %. Es el máximo en el que se mueven los bancos, concretamente, aquellos con mayor implantación en la Comunitat Valenciana, es decir, Bankia, SabadellCAM, CaixaBank, Santander, BBVA, Cajamar y Popular. Algunas entidades ofrecen un máximo del 1,75 % a 18 meses para nuevos clientes o incrementos de saldo, aunque no falta la que en las mismas condiciones se queda en el 1,46 %. Hay quien llega al 1,24 % a seis meses. Solo algunas empresas no directamente supervisadas por el Banco de España, como el ecuatoriano Pichincha o el portugués Espirito Santo, superan el citado 2 %. Por contra, el inglés Barclays y el alemán Deutsche Bank se mantienen en línea con sus competidores españoles.

¿Qué ha pasado para que la banca haya calmado esa voracidad por lograr depósitos que esgrimió hace apenas dos años? Hay varios factores, tal como coinciden fuentes del sector financiero y el catedrático de Análisis Económico de la Universitat de València, Joaquín Maudos. La última guerra del pasivo estalló por las dificultades de bancos y cajas para obtener liquidez en el mercado interbancario o emitiendo deuda. Había que captar depósitos y las entidades se lanzaron a remunerarlos con altos porcentajes. Como explica Maudos, "en un banco los depósitos son sagrados", tanto como devolver las deudas. Sin los primeros, en un mercado cerrado, es imposible conseguir lo segundo. Esta dinámica, sin embargo, es muy peligrosa en un contexto de tipos de interés tan bajos, porque se resiente la cuenta de resultados. Como explican en una entidad financiera consultada, "con el euríbor al 0,5 %, si tienes en una hipoteca ese indicador más un punto, cobras el 1,5 %, de tal forma que pagar más de ese porcentaje por los depósitos te conduce a pérdidas". Cabe recordar que no hace mucho tiempo se ofertaban plazos fijos al 4 % y más.

Liquidez

El "gap" de liquidez, "que es la parte de los créditos que no se financia con pasivo, llegó durante el boom a unas cuotas enormes que obligaron a nuestras entidades a recurrir a otros bancos, al BCE o a los mercados de deuda para obtener el dinero", explica Maudos. Cuando la quiebra de Lehman Brothers extendió la desconfianza en los mercados y estos se cerraron, solo se podía recurrir al dinero ahorrado por los ciudadanos. Y los bancos se volvieron generosos. "Ahora, la troika ha obligado a reducir el gap mediante el recorte en los créditos y el aumento de los depósitos" para tratar de que cada euro de inversión se corresponda con uno de depósitos y no como sucedía antes, que la proporción podía ser de 1,5 a 1, añade este experto. Pero el factor clave en la moderación de las remuneraciones de los depósitos se encuentra en una "recomendación" del Banco de España, en base a la cual puede penalizar, exigiendo un coeficiente de solvencia mayor "más capital", a las entidades que superen un determinado porcentaje, por ejemplo el 1,75 % a trece meses. La amenaza es de calado, sobre todo en un momento en que las entidades se preparan para superar este año las nuevas pruebas de resistencia europeas, en las que tener capital de la máxima calidad es un factor de mera supervivencia.

Barra libre del BCE

Otro elemento que ha contribuido a parar en seco la guerra de los depósitos ha sido la barra libre de liquidez instaurada por el Banco Central Europeo, que ha disminuido las tensiones entre las entidades financieras, principalmente porque ese dinero les ha sido prestado a un bajísimo interés, les ha ayudado a mejorar márgenes y les ha hecho menos dependientes de los depósitos. Pese a ello, Maudos, también investigador del Ivie, advierte que recurrir en exceso al BCE es negativo, porque es un indicador de que esa entidad "tiene problemas". Por ello, "algunos bancos españoles han empezado a devolver parte del dinero antes de hora para demostrar que pueden acudir por sí solos al mercado". Algunas entidades nacionalizadas o con ayudas públicas, como Bankia o BMN, han podido incluso emitir deuda.

Finalmente, como afirman en una de las entidades consultadas, "el crédito está cayendo tanto que ya no necesitamos pagar por los depósitos tanto como antes para mantener las inversiones". Maudos cree que tal vez la ecuación haya que verla al revés: la banca no capta depósitos y por eso no da créditos. Sea como fuere, aunque el volumen de pasivo se ha incrementado en el pasado noviembre, porque la subida del PIB evita la caída de renta y beneficia que los ciudadanos puedan ahorrar más, y la evolución de los mercados permite una mejor financiación de los bancos, este experto asegura que "vamos a una época de tipos muy bajos". No esperen, por tanto, altas remuneraciones para sus depósitos, sobre todo si uno es un usuario normal, porque, como explica Maudos, "a la banca se le permite, ocasionalmente todos los meses, pagar algo más a ciertos clientes; es algo acotado, sobre todo para nuevos clientes y nuevos depósitos".