El alcalde de Sagunt, Quico Fernández, reivindicó la deuda histórica que las administraciones tienen con esta ciudad. Éste fue el eje central del discurso institucional pronunciado con motivo del 9 d'Octubre con el que también mostró su compromiso de acabar con el síndrome de «ciudad invisible» que ha padecido durante muchos años este municipio, expresó.
Con una Glorieta abarrotada de gente, el máximo mandatario comenzó su intervención recordando el galardón de las artes literarias que recibió hace quince años el saguntino Santiago Bru i Vidal, de quien resaltó su «humildad y solidaridad», valores que servirán de hilo conductor de nuestra política municipal, añadió.
Fernández también recordó los 33 años de autogobierno de los valencianos, que «valen de poco si no tenemos una financiación justa, que no sea una humillación como hasta ahora», lamentó.
Insistió en que es momento de pedirla «para garantizar el desarrollo cultural social y económico de la ciudad que asegure la calidad de vida de nuestros hijos».
El alcalde finalizó su discurso recordando algunas de las palabras pronunciadas por Jaime I «som i serem» a las que añadió, «visca Sagunt i visca Valencia».
El acto institucional comenzó con la bajada de la bandera de Sagunt desde el ayuntamiento a manos del alcalde; junto a ella, la senyera, que al igual que la cuatribarrada portaron en procesión cívica representantes de cada uno de los partidos del consistorio saguntino, a excepción de IP que no acudió. Se pudo ver como Sergio Muniesa (PP), Raúl Castillo (C's), Teresa Garcia (Compromís), Pablo Abelleira (ADN) o incluso el propio alcalde portaban la bandera autonómica, mientras que hacían lo propio con la de Sagunt;Pepe Gil (Compromís), Sergio Moreno (AND) y Miguel Chover (PSPV).
Pese a la importancia del acto, algunos asistentes echaron en falta más solemnidad, que a su juicio restaron los coches aparcados, si bien el alcalde aseguró después a este diario que siempre había detalles a mejorar y destacó la masiva asistencia. Tras su intervención actuaron la Muixeranga de Algemesí y el Grup de Danses Morvedre, entre grandes aplausos.
