Después de 15 años de gobierno del PP, llegamos a una situación insostenible para los valencianos. Los ciudadanos de nuestra comunidad hemos perdido poder adquisitivo, de empleo, de futuro. Hemos perdido mucho más que el resto de las comunidades autónomas, estamos por debajo de la media en cuanto a renta, estamos por encima de la media en cuanto a desempleo, todas las ratios nos indican que el Consell de Camps nos ha empobrecido económicamente y que no hay reacción posible. Camps ha conseguido el logro de endeudarnos a los valencianos mucho más que el resto de los españoles y a la vez que tengamos más parados que los demás. Estos son sus logros y sus victorias triunfales, pero no los de los valencianos, para la gran mayoría son derrotas sonoras.

Sin embargo, no solo nos ha llevado Camps a la pobreza económica, sino que también nos ha llevado a la pobreza moral y ética. Camps ha permitido por acción u omisión que la corrupción se instale en nuestra comunidad, desde el norte hasta el sur sin contemplaciones. Esta pobreza, la moral, afecta al comportamiento, a la confianza, a la esperanza, es la pobreza moral que nos lleva a no ver, a eludir opinar, o a creer que es normal el robar o infringir la ley. Los 15 años de Camps van a dejar un legado a las siguientes generaciones sin precedentes, un legado consistente en deuda, paro y corrupción. Sin que haya perspectiva o iniciativa por parte de la derecha que se vislumbre regeneradora o que denuncie la corrupción, muy al contrario, la derecha valenciana se muestra consentidora y ocultadora de la corrupción tanto la económica como la política.

Yo soy de los convencidos que la inmensa mayoría de los ciudadanos repudia este tipo de comportamientos. Es por lo que si la gran mayoría nos ponemos manos a la obra de cambiar a este Consell lo podemos conseguir. Estoy convencido que el cambio es posible y que un gobierno austero, comprometido con la limpieza política, que imponga una nueva moral y actúe éticamente tiene mucho que decir en nuestra tierra. No nos podemos resignar a que no se puede hacer nada, juntos podremos cambiar las cosas y mejorar las esperanzas de nuestros ciudadanos. La doble pobreza la podemos cambiar por la doble riqueza, la económica y la moral.