Las mayores compañías españolas son propietarias de 108 sociedades en territorios offshore. El Banco de Santander es el principal protagonista. La presencia de las grandes compañías españolas (las que cotizan en el Ibex 35) en territorios fiscalmente opacos está extendida. Al cierre de 2010, seis de cada diez firmas del Ibex 35 tenía, al menos, una sociedad domiciliada en alguno de los países a los que la ley española considera paraísos fiscales. Estos territorios se caracterizan por ofrecer a los ciudadanos y empresas extranjeros sistemas impositivos muy laxos y con escasos controles financieros, lo que favorece la reducción de la presión fiscal. Desde que, hace dos años, el G-20 instara a reforzar la lucha contra los territorios offshore tras el estallido de la crisis financiera, Hacienda ha firmado varios acuerdos bilaterales para evitar la doble imposición y prevenir el fraude fiscal, lo que ha sacado de su lista negra a países donde las empresas españolas tienen amplia presencia, como Andorra, Luxemburgo o las Antillas Holandesas.
Intermón eleva la presencia del Ibex 35 en esos países al 80% de sus firmas. La segunda empresa española con más presencia en paraísos fiscales es Repsol YPF, con 13 filiales. En las Caimán tiene 12: de ellas, cuatro son sociedades de cartera y tres, financieras. En 2010, una de las primeras declaró un beneficio individual de 32 millones. Por último, Telefónica admite que tiene cinco sociedades en paraísos fiscales.
El resumen de esta situación es que la Hacienda española asiste a un decrecimiento de la contribución fiscal de las empresas más importantes del país. Los inspectores de Hacienda han protestado frecuentemente de que en España el pagano fiscal es el asalariado mientras muchos ricos y tantas empresas se aprovechan de esa globalización económica de la que son claros exponentes los paraísos fiscales. Hasta que éstos no desaparezcan y castigados sus usuarios, la desigualdad fiscal española seguirá creciendo. Si los que debieran pagar lo hicieran, desaparecería nuestro déficit y no habría que pedir dinero prestado.
