La Generalitat se dispone a abrir otra puerta al aprovechamiento privado de bienes públicos. En este caso, se trata de sacar a subasta la gestión particular de cinco montes de la provincia de Valencia para explotar sus recursos: madera, biomasa, caza, pastos y otros, como el turismo. De forma que durante 20 años el disfrute de estos montes „incluidos todos ellos en diferentes espacios protegidos„ quedará vetado a los particulares que ahora pueden acceder sin restricciones, para beneficio exclusivo de quienes resulten adjudicatarios, que además se encontrarán con unos terrenos en buenas condiciones, puesto que la Administración autonómica ha centrado en ellos sus inversiones forestales en las últimas décadas precisamente por su carácter público. Y además, el canon que está previsto establecer „23.500 euros anuales en total„ resulta ridículo si se tienen en cuenta los rendimientos que se les puede sacar: sólo por cazar un macho de cabra montés se llega a pagar entre 3.000 y 6.000 euros.

Estamos ante una iniciativa que supone una «privatización» en la práctica de montes que siempre han sido patrimonio de todos los valencianos. La subasta, de producirse finalmente, deberá ser lo suficientemente transparente para que no despierte los recelos que han provocado en anteriores ocasiones la salida a concurso de las resonancias magnéticas y otras externalizaciones. Y, en cualquier caso, deberá establecer cláusulas que mantengan algún tipo de uso público de estos espacios forestales.