En Varsovia ha concluido esta semana una nueva Cumbre del Clima, la cita que debía avanzar en los compromisos internacionales para llegar a París en 2015 y lograr un amplio acuerdo para reducir las emisiones de efecto invernaderol. Aunque la reunión se inició dos días después del paso del devastador tifón por Filipinas, los asistentes no han mostrado grandes gestos, un hecho que hizo retirarse a las principales organizaciones conservacionistas como observadoras. Los países en vías de desarrollo como India y China -el principal emisor de CO2 exigen ayudas para favorecer que sus economías sean bajas en carbono, mientras los investigadores siguen advirtiendo de los efectos nocivos del vertido de emisiones. Entre los estudios publicados esta semana se encuentran el relativo al óxido nitroso, que aunque es conocido como el gas de la risa, tiene una gran influencia en la recuperación de la capa de ozono y su incremento agravaría el cambio climático. El gas de la risa, el tercer gas de efecto invernadero más potente y, sobre todo, emitido desde la agricultura, podría multiplicarse por dos en 2050, según las Naciones Unidas, cuyos expertos aseguran que su mitigación proporcionaría beneficios de más de 160.000 millones de dólares al año.

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