Levante-EMV

Levante-EMV

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Julio Monreal

Comprodemos

Solo cinco resoluciones: dos en apoyo de la sanidad y la educación públicas; otra con más penas para la corrupción y dos brindis al sol. Pero todos los demás tiemblan.

Como todo camino empieza con un paso, habrá que pensar que Podemos ha dado el suyo para arrancar el trayecto que le llevará a convertirse en una fuerza importante en la joven democracia española. No quisiera uno ser otro más de la larguísima lista de denostadores de la formación en estos sus primeros y temblorosos andares, pero habrá que convenir en que cinco resoluciones programáticas alumbradas este fin de semana, entre las que se encuentran dos para defender la sanidad y la educación públicas; otra para agravar las penas contra la corrupción y dos brindis al sol sobre el impago de la deuda pública (pero menos) y el derecho inalienable de los sintecho a pegar una patada en la puerta y meterse en un piso que sea propiedad de un banco es escaso bagaje para tanta expectación.

Pablo Iglesias se reunió en la finca de la mejor casa de bacalao rebozado de Madrid con cuatro amigos y fundó el PSOE y la UGT. Ahora, otro Pablo Iglesias lucha contra todos, incluso de los suyos, para intentar que le dejen ser el líder fuerte de un partido que puede serlo también, aunque cuantas más rutinas adopte de los que él mismo llama casta, más homologable será el mensaje de quienes presumen de que toman las decisiones de forma asamblearia debajo de los puentes.

Sin embargo, ellos irradian paz y serenidad. Los preocupados son los otros. A Esquerra Unida no le llega la camisa al cuerpo; Compromís ha dado el primer paso hacia los coletudos para situarse bien en la alianza, y el PSOE busca el centro, el calor del PP, para intentar salvar los muebles metiendo miedo contra los radicales.

El currículum no garantiza la victoria, como se ve los fines de semana en el fútbol. En mayo, Podemos obtuvo 77.770 votos en Valencia. El domingo, los socialistas eligieron candidato a Joan Calabuig con un censo de 1.394 militantes, de los que le votaron 580. En primavera, el que no se mueva será el que no salga en la foto, como sabe Enric Morera, primer cimentador de Comprodemos.

Compartir el artículo

stats