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Julio Monreal

Misa y vestido corto

Tras 38 años de nueva Constitución, el apartado de la aconfesionalidad del Estado se mantiene incumplido. Fiestas policiales con misa y Senyera a la catedral son la prueba

Una concejala de Sagunt, Roser Maestro, de Esquerra Unida, acaba de poner los puntos sobre las íes al negarse públicamente a asistir a un acto oficial de la policía saguntina porque no sólo se incluye una misa dentro del programa de la ceremonia sino que además se exige «vestido corto» a las señoras que asistan, debiendo los caballeros ir con «traje oscuro».

Cierto es que estas dos últimas indicaciones están impresas por costumbre en los tarjetones de los actos sociales y se suelen aceptar con normalidad, aunque en la entrega de los premios Jaime I que hoy preside el rey Felipe en la Lonja de Valencia no existe indicación expresa sobre vestuario, dejando la elección al sentido común de los asistentes.

Algún día tenía que preguntarse alguien por qué en una fiesta de la policía, los bomberos o los inspectores de Hacienda (un suponer) hay siempre una misa incorporada en el programa si España es un Estado aconfesional. Tiene tan poco sentido como que suene el himno nacional cuando el patrón del pueblo cruza en andas el umbral de la iglesia.

Simplemente, alguien decidió sacralizar todos los actos oficiales y nadie se ha ocupado de deshacer aquel entuerto. Quienes ejercían el poder dictatorial bajo palio dejaron un legado que parece una tradición inmutable y resulta anacrónico.

El debate sobre la entrada o no de la Senyera a la catedral en la procesión cívica del 9 d´Octubre está en esa misma línea. El Te Deum que el Ayuntamiento de Valencia incorporó en 1991 estaba en el marco de la acción de gracias por la conquista de Valencia cuando la ciudad padecía «bajo el yugo musulmán», como reza la placa de la estatua del Conquistador en el Parterre. Hoy no tiene ningún sentido esa interpretación y esa lectura. Han pasado ya 38 años desde la aprobación de la Constitución pero el apartado de la aconfesionalidad es uno de los que permanecen incumplidos. La concejala Roser Maestro ha decidido pelear. Y con pantalones.

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