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Pequeños pero mayores

Quién no ha presenciado la escena de microespectáculo callejero en el que una niña canta, baila o cuenta chistes, bajo la mirada orgullosa de la madre y las risas de las amigas que gritan ¡Pero que arte, esta niña tiene que ser artista! Este perfil de personitas, en su mayoría con acento andaluz, es el que protagoniza Pequeños Gigantes. El espectáculo infantil es tendencia televisiva y después de La Voz Kids, Mediaset sigue ignorando las míticas palabras de Alfred Hitchcock en las que recomendaba no trabajar con animales (ya lo hizo en Vaya fauna) ni con niños. Las audiencias millonarias avalan las sucesión de programas donde el espectador sufre cuando un jurado adulto le dice tú sí y tú no a un grupo de peques que lloran de alegría o felicidad según sea el veredicto.

En el programa del lunes, a diferencia de La voz, los elegidos en su mayoría no resultaban los más talentosos sino aquellos que mas desparpajo tienen para despertar la sonrisa del público y evitar así el cambio de canal, en mi caso produjo el efecto contrario. Jesús Vázquez demostró un vez más que es el rey en el género del entretenimiento y con su profesionalidad fue capaz de lidiar con algún caso de hiperactividad y algunas niñas respondonas que mostraron contoneos que no creo que resulten propios a su edad. El mega fin de curso versión extendida se acompañaba de escenas lacrimógenas en las gradas del plató con padres orgullosos a la par que sufridores que repetían en su interior las actuaciones de sus vástagos como deseo para evitar que no se equivocasen. Lo peor es que muchos de ellos imaginan una futura carrera artística en sus hijos de los que seguramente nadie se acordará una vez finalizado el programa. Los focos, salvo contadas excepciones, no son un buen lugar para crecer y ahí están en la historia tantos niños que triunfaron y que después se descarriaron llegada la adolescencia. El máximo exponente en la actualidad es Justin Bieber, un chico tan capaz como maleducado que no recibió en su educación unas bofetadas que la vida, sin fans, ya se encargará de darle€

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