El otro día se dijo que Barcelona iba a superar la cifra de días seguidos sin lluvias apreciables, 85, pero en realidad el 2 y el 3 de noviembre de 2015 suelen figurar como los últimos días con precipitaciones dignas de consideración en casi todo el ámbito mediterráneo. Hace unos días un frente despistado y descolgado desde el Cantábrico se reactivó y fue capaz de dejar de 5 a 10 mm en puntos del sur de la provincia de Alicante, curiosamente el sector tradicionalmente más seco. Esta semana, han sido dos gotas frías consecutivas las que han regalado alguna que otra sorpresa en el sudeste. Llama la atención oír hablar de este fenómeno meteorológico sin que vaya acompañado de lluvias torrenciales y extensas, pero lo cierto es que esta semana hemos tenido dos situaciones de libro desde el punto de vista meteorológico. Es lógico pensar que los embolsamientos de aire frío en altitud son más numerosos y más fríos en invierno y primavera que en verano y otoño, pero en la época en la que estamos les falta el combustible, un mar caliente. Técnicamente se dibujaba perfectamente un embolsamiento de aire frío de -20ºC, cerrado a 5.500 metros de altitud, sin acompañamiento en superficie, donde la presión rondaba los 1030 mb. Situación casi idéntica a las que describió Scherag. No obstante, ni había unos vientos marítimos de largo recorrido ni un mar a más de 25ºC, o caldeamientos superficiales capaces de romper la barrera del anticiclón en su ascenso y chocar con el aire frío para generar precipitaciones, «una pena». En agosto, septiembre, octubre e incluso noviembre hubiesen supuesto lluvias, más o menos irregulares en su reparto, pero lluvias al fin y al cabo. Ahora, las gotas frías deberían haber ido acompañadas de una borrasca superficial y de vientos marítimos de largo recorrido, que hubiesen alimentado todo el sistema, que se ha quedado casi inactivo. Habría llovido mucho y bien. No obstante, el martes esta situación fue capaz de dejar algo de lluvia en el sur de Alicante otra vez (Torrevieja 8 mm), y entre el viernes y el sábado ha sido capaz de descargar trombas puntuales pero espectaculares de 98 mm en Marbella, dentro de unas lluvias generales en Málaga, y de 40 mm en el Palmar (Murcia), demostrando que aún «servían» para algo. Los demás seguimos esperando.