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Santo a medio camino y con la casa apuntalada

La humilde casa natalicia del Beato Gaspar de Bono fue apuntalada por los Bomberos hace cuatro años. Está al final del açucach de la calle Cañete, junto a las Torres de Quart. El ayuntamiento les cobra el alquiler de los puntales de hierro a un precio que mejor sería que sus guardianes, la heroica Penya El Clau, los compraran.

La estructura construcción se resintió cuando al vecino del último piso del inmueble se le resquebrajó el tejado y el vecino colindante derribó su casa en circunstancias poco correctas. Todo sigue igual allí. La Municipalidad tan exigente para algunas casas que amenazan ruina y actuar de oficio, tiene el lugar olvidado a pesar de que la casa capilla del Beato Bono está marcada de interés histórico, a proteger. Acabo de pasar por allí y he visto la entrañable vivienda, casi una ermita, necesitada de atención oficial.

La impresión es que el Ayuntamiento no ha puesto en cintura a los causantes del estropicio y de seguir así las cosas, con el paso del tiempo y las inclemencias meteorológicas se puede venir bajo el inmueble, sostenida y cuidada la planta baja, la del Beato, por los vecinos de la calle y otros enamorados de las fiestas y tradiciones valencianas, una gran familia que celebra multitud de actos a lo largo del año, más estos días, en honor de Gaspar de Bono, que no ha subido de rango desde que lo beatificara en 1786 el Papa Pio VI, con toda seguridad por el poco empeño que le pone en canonizarlo la Orden de los Mínimos de san Francisco de Paula a la que pertenecía nuestro paisano el fraile.

Gaspar de Bono nació en 1530 y murió el 14 de julio de 1604. De familia humilde, fue criado, soldado y finalmente presbítero. Alcanzó en vida gran fama de santidad. Sus reliquias son conservadas en la parroquia de San Nicolás y en la catedral de Valencia tiene capilla propio, presidida por un óleo sobre lienzo del siglo XVIII. La Iglesia oficial de Valencia últimamente dedicada a producir procesos de canonización a destajo no le da por impulsar este santo tan importante en nuestra historia, admirado por el propio arzobispo san Juan de Ribera. Y ahí lo tenemos a mitad de camino.

Sólo mantienen su memoria y homenaje los de la Penya el Clau, un grupo de paisanos enhebrados por el afecto al Beato Gaspar de Bono, que cuidan como una pequeña iglesia la casa donde nació, y le dedican grandes fiestas, que son de gran valencianía, con marchamos especial popular, cant valencià d´estil por todas las calles del Barrio del Carmen. El domingo 10 es la fiesta externa popular con Misa en la parroquia de Nuestra del Puig (Padres Mercedarios) y procesión. El jueves 14, su fiesta litúrgica, Misa en la Iglesia de san Sebastián y ofrenda de flores en la calle que se le tiene rotulada junto al Botánico.

El resto de los días, las actividades en la calle Cañete no cesan, sopar a la fresca, cant valencià, actes de germanor, etc€ Un programa que refleja en la actualidad lo que han sido siempre en nuestra ciudad les festes de carrer con sabor a gente sencillas y extraordinarias, que a peso con un inmenso cariño cuidan y conservan nuestras tradiciones.

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